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Escenas de una revolución industrial inacabada

Una exposición explora el inicio de la mecanización de los sectores artesanos valencianos.

Escenas de una revolución industrial inacabada
Escenas de una revolución industrial inacabadaEMMA FERRER

Hablar del tejido empresarial valenciano ha supuesto durante décadas hablar de los 'sectores tradicionales'. Cualquier análisis de la economía de la Comunidad Valenciana pasaba, y pasa, por hacer un diagnóstico de empresas dedicadas al calzado, al juguete, al textil o al mueble. Esos, y algún otro más reciente, han sido la base sobre la que ha pivotado la industria local. Esos, y algún otro que ya ha desaparecido, son los que protagonizaron la industrialización de un territorio que era eminentemente agrícola. El arranque de aquellas primeras empresas supuso el despegue económico de algunas comarcas y, quizá de forma paradójica, también esas empresas y sectores han protagonizado la crisis de las mismas zonas en los últimos años.

La exposición Dos siglos de industrialización en la Comunidad Valenciana, organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales que se puede ver en el Museu Valencià de la Il.lustració i la Modernitat (Muvim), permite repasar cómo aquellos pioneros de la industria valenciana pusieron en marcha sus empresas. Junto a los productos que se empezaron a fabricar, como juguetes de hojalata, papel, zapatos o tejidos, se pueden ver las máquinas que sirvieron para convertir oficios artesanos en industrias.

En algunos casos, como en el caso del turrón que se concentró, y sigue, en Jijona (Alicante), se pueden ver primitivas máquinas que surgieron del ingenio de los propios productores. En otros sectores, como el calzado o el textil, se puede comprobar cómo mucha de la maquinaria básica, como telares o máquinas de coser, son de origen británico o alemán. Quizá ese sea uno de los puntos débiles de aquella revolución que fue capaz de hacer un buen producto pero que no arrastró la creación de una industria que construyera las máquinas necesarias.

La industrialización de la Comunidad Valenciana nació en las comarcas del interior, donde la agricultura no era rentable

Una atenta mirada a la exposición también permite descubrir otro aspecto interesante: la revolución industrial en la Comunidad Valenciana se produjo fundamentalmente en comarcas del interior, donde el clima era menos benigno que en la costa. Este aspecto no es baladí. Mientras en el litoral la tierra era fértil y permitía una agricultura más que rentable, en el interior la vida en el campo era mucho más dura. Quizá eso explique por qué es Alcoy, una ciudad bastante aislada, la que representa el salto hacia la industrialización en la comunidad Valenciana. Fue allí, por ejemplo, donde entró en funcionamiento el primer filtro refinador de papel de España, lo que condujo a una industria papelera que concentraba, por ejemplo, la producción de los librillos de papel de fumar que se exportaban a todo el mundo.

La exposición repasa otros sectores vitales para la economía valenciana. Desde la llegada de la Ford a Almussafes -se puede ver uno de los primeros Fiesta que salieron de la planta- hasta las locomotoras que se fabricaban en los talleres de Devis-Noguera, después Macosa y hoy Vossloh. Todas esas escenas componen el tejido empresarial valenciano. Sirven para saber cómo empezó todo. Y deberían servir para prever un futuro incierto para los sectores tradicionales.

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