Inmigrantes y emprendedores
Cada vez son más los inmigrantes que se convierten en empresarios o en trabajadores por cuenta propia en España, subraya el autor. Se trata de un hecho que, en su opinión, contribuye a romper prejuicios sobre la realidad de la inmigración en nuestro país.
El tópico dice que la población extranjera ocupa exclusivamente puestos de trabajo que los nativos rechazan. Sin embargo, no es así. Hoy, son un motor emprendedor en las sociedades de recepción y, por tanto, una fuente de riqueza que contribuye al dinamismo de la sociedad española. Ello rompe la visión de algunos prejuicios que, en ocasiones, se tiene por estar poco informados de la realidad de la inmigración.
Por ello, los trabajadores autónomos inmigrantes suscitan cada vez mayor interés tanto para los responsables de las políticas de empleo como para los investigadores académicos del mercado de trabajo.
Este interés es debido a que paulatinamente la manera en que los inmigrantes desarrollan su vida laboral en nuestro país comienza a cambiar y cada vez son más los que, lejos de ser demandantes de empleo, se convierten en empresarios o en trabajadores por cuenta propia, mostrando un marcado espíritu emprendedor.
Es bueno que el 'emprender' sea considerado un oficio, y como tal, susceptible de ser aprendido
Así, la creación y desarrollo de los negocios de los inmigrantes permite desmitificar la percepción de la inserción laboral de los inmigrantes como un proceso de ocupación de los puestos laborales que son rechazados por la fuerza de trabajo autóctona. El crecimiento en la creación de nuevos negocios entre los inmigrantes lo demuestra actualmente el incremento de autónomos extranjeros afiliados a la Seguridad Social en España, que se han duplicado en los últimos cinco años. En concreto, fueron 108.675 (108,7%) personas registradas entre 2002 y 2007.
El actual auge del crecimiento de la inmigración es un factor fundamental para explicar el fenómeno emprendedor en España. La inmigración y el crecimiento poblacional son fenómenos que afectan positivamente la creación de empresas. Un mayor número de inmigrantes conduce a un aumento de la demanda y, por lo tanto, a un mayor número de nuevas empresas, sobre todo aquellas de menores dimensiones debido a que son más sensibles al cambio poblacional.
Así, hoy, más de dos millones de trabajadores extranjeros están dados de alta en la Seguridad Social y, de ellos, cerca de 200.000 habían creado su propio negocio (10% del total) y convertidos en autónomos, mayoritariamente en los sectores de hostelería, comercio y construcción.
En este sentido, el abanico de empresas que crean los inmigrantes es muy amplio. En concreto, bares, restaurantes, comercios, tiendas de alimentación, locutorios, etcétera.
Según un estudio reciente de la Fundación La Caixa, los inmigrantes establecidos como autónomos se han instalado en diversos tipos bien definidos de comercio, como las empresas de orientación étnica (periódicos e importación de comida), empresas circuito (locutorios, servicios de mensajería), especializadas en población inmigrante (servicios jurídicos, inmobiliarios), empresas que explotan lo exótico (lo étnico como reclamo para clientes autóctonos) y empresas generalistas (incluye a autóctonos, inmigrantes y extranjeros en general).
El 64% de los inmigrantes que deciden montar un negocio lo hacen en las comunidades de Cataluña (19,3%), Valencia (15,6%), Madrid (15,3%) y Andalucía (14%). Destacan las provincias de Málaga y Alicante, que cuentan con un 20%, aproximadamente, de autónomos sobre el total de trabajadores extranjeros afiliados a la Seguridad Social.
Algunos expertos opinan que los inmigrantes son un colectivo más inclinado a emprender que los nativos. Entre las motivaciones para poner en marcha un negocio hay que destacar: la necesidad económica, los problemas de inserción en el mercado laboral y la preocupación por el beneficio económico más que por el reconocimiento social. Mientras los nativos emprenden por oportunidad de negocios (84,1% del total).
Así, según el informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor), el 0,5% de la actividad emprendedora en fase incipiente registrada en 2006 correspondió a iniciativas puestas en marcha por inmigrantes, una cifra que casi triplica el 0,2% registrada en 2005.
La creación de empresas es una alternativa al trabajo por cuenta ajena, sea cual sea la nacionalidad del emprendedor. Para ello, será fundamental desarrollar en muchas personas una de las capacidades que más aporta al empleo: la capacidad de emprender. Desde el mundo educativo es importante apostar por una educación que no conduzca hacia un trabajo asalariado única y exclusivamente, sino que también desarrolle sus aptitudes y habilidades críticas y constructivas para poner en marcha iniciativas empresariales y solidarias de autoempleo, en especial en sectores de impacto social.
En nuestra opinión, a emprender se aprende desarrollando actividad, iniciativa, valoración de riesgos y capacidad para obtener resultados. Por ello, es bueno que el emprender sea considerado un oficio, y como tal, susceptible de ser aprendido. En un mundo dominado por los procesos de la información es particularmente adecuado y, en consecuencia, abierto a las pequeñas y medianas empresas, pues en él el capital más importante es la imaginación.
Vicente Castelló Roselló. Profesor de la Universidad Jaume I de Castellón