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Tribuna
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La Caixa en Hong Kong, la antesala de China

En plena recta final de su salida a Bolsa, la filial de participaciones de La Caixa anunciaba esta misma semana su primera y algo inesperada inversión en la exótica Hong Kong. Además de adquirir un 4% del capital, Criteria ha cerrado un acuerdo con el Bank of East Asia que prevé, por ejemplo, la entrada del presidente de la entidad china en el consejo de la compañía española, acontecimiento inédito, pues hasta la fecha ningún órgano de administración de nuestro mercado había acogido a miembros de tan lejana procedencia. La inversión de la caja ilustra también una acertada estrategia indirecta de entrada al prometedor mercado financiero chino.

El acceso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001 alentó las expectativas de la banca mundial, ávida de acceder a un enorme mercado en vertiginoso crecimiento. Sin embargo, el calendario de apertura del sector financiero ha resultado particularmente largo -terminó precisamente a comienzos de este mismo año- y ha estado jalonado de obstáculos de todo tipo por parte de las autoridades. Así las cosas, las 170 entidades bancarias extranjeras autorizadas para operar en China apenas representan el 1% del mercado.

El crecimiento en China ha resultado pues demasiado complicado para las entidades occidentales, acostumbradas a la apertura masiva de oficinas, o bien a la compra de bancos locales para ganar cuota de mercado, opciones ambas restringidas por el Gobierno chino. Durante varios años se permitió la apertura de una sola sucursal bancaria por año, al tiempo que se exigía un monto exagerado de recursos propios para operar. Ante ello, la compra de entidades locales tampoco ha ofrecido una vía alternativa ya que rige un límite máximo del 25% del capital que impide el control extranjero de las entidades.

La penosa vía del crecimiento orgánico ha llevado a algunas entidades extranjeras a adquirir participaciones en bancos chinos, pese a la citada restricción. HSBC, Bank of America y UBS optaron por los grandes bancos públicos Bank of Communications, China Construction Bank e Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), respectivamente, en los que han adquirido paquetes minoritarios del 3% al 10% por importes de varios miles de millones de dólares. Otros, como Citigroup en el Shanghai Development Bank, apuntaron a bancos públicos locales, menos estratégicos para el Gobierno central y, por tanto, aparentemente de más fácil injerencia. Sin embargo, la realidad ha mostrado que estas entidades extranjeras no han logrado hasta la fecha las sinergias y rendimientos esperados de tan costosas alianzas.

Frente a las vías del frustrante crecimiento orgánico mediante apertura de oficinas o la infructuosa colaboración con entidades públicas, La Caixa ha optado por la entrada a través de uno de los bancos históricos de Hong Kong. La ex colonia ha logrado mantenerse e incluso crecer como centro financiero asiático, muy por delante de Singapur y Shanghai, consolidándose como nexo financiero de China con el resto del mundo. Hoy día, por ejemplo, 400 empresas de China continental cotizan en la Bolsa de Hong Kong, con una capitalización cercana a los 800.000 millones de dólares, una prueba del liderazgo en banca corporativa y de inversión que sigue exhibiendo la ciudad. Su mercado bursátil vivió en 2006 un nuevo hito cuando el banco público ICBC colocó 22.000 millones de dólares en su salida a Bolsa.

Con las cuentas saneadas, sin la injerencia política de sus homólogos chinos y con la sofisticada cultura financiera de la antigua colonia británica, el Bank of East Asia podrá exhibir sin duda mayor flexibilidad y agilidad en sus relaciones con La Caixa. æpermil;sta, por su parte, podrá acceder al enorme mercado chino, pues el banco cuenta con todas las licencias pertinentes para operar y goza allí de una histórica presencia que data de 1920. Asimismo, en virtud de un acuerdo entre Hong Kong y China (CEPA), la banca de la ex colonia disponía desde 2003 de mayores prerrogativas de actuación que las entidades extranjeras.

Sin duda bien asesorada por Javier Serrado, quien fuera director del Banco de Sabadell en Pekín y buen conocedor de los problemas de la banca extranjera en China, la primera caja española ha tomado un camino indirecto pero acertado para llegar a uno de los mercados más jugosos pero hasta ahora más estériles para la gran banca mundial.

Jacinto Soler Matutes. Profesor asociado de la Escuela de Asia Oriental de la Universidad Pompeu Fabra y socio director del bufete Soler-Padró

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