¿'Quo vadis', China?
En los actuales momentos de dudas parece que hay una parte del globo que está escapando razonablemente a los malos augurios: el sudeste asiático. Desde luego, parece que el ciclo de los emergentes, en particular los asiáticos, mantiene una fortaleza notable. Sin duda, uno de los países que despierta más pasiones dentro de este grupo es China. Durante los últimos años es, de entre los grandes pistones de la economía, el que ha funcionado sin solución de continuidad. Sin descanso. Hoy, parte del gran dinamismo de algunas economías radica en el fuerte impulso de China.
Hablamos de una economía cuyas referencias de crecimiento reciente ofrecidas por el Banco Mundial hablan de un PIB expandiéndose a tasas superiores al 11% hasta final de año y que el año que viene va a albergar unos Juegos Olímpicos que, desde el punto de vista de proyección exterior, refuerzan la imagen de aquel país. Pero no todo lo que reluce es oro. Valga esta tribuna para reflexionar sobre lo que muchos analistas vienen llamando la atención: el modelo de crecimiento chino necesita una revisión. El calentamiento de la economía es patente. El último dato de IPC lanzaba el dato de precios por encima del 6%, las ventas al por menor crecían al 17%, la inversión extranjera directa crece al 12,8%, la especulación inmobiliaria en grandes ciudades está a la orden del día y la Bolsa cotiza a 41 veces los beneficios que, en consonancia, ¡crecen al 50%!
Con esta dinámica no es de extrañar que las autoridades chinas estén endureciendo su política monetaria. La última vez, ayer mismo: tipos de referencia al 7,29% desde el 7,02%. Si los datos siguen en la línea demostrada, las autoridades seguirán endureciendo las condiciones monetarias con el fin de reducir el ritmo de crecimiento. No hacerlo, desde luego supondría un riesgo de largo plazo mayor.
Así en un mundo interrelacionado, mientras los bancos centrales de Europa, EE UU, UK e incluso Japón buscan afanosamente reponer la liquidez (y confianza) del sistema financiero, China se ve obligada a restringirla. Toda una paradoja de las finanzas globalizadas.
Juan Luis García Alejo. Director de análisis y gestión de Inversis Banco.