Bruselas prepara los efectos de la sentencia contra el grupo informático
El fallo marcará la reforma de la política de competencia y la relación de la CE con empresas como Intel o Google.
La sentencia del próximo lunes sobre el caso Microsoft provocará un tsunami jurídico que marcará para siempre la política europea de competencia. Lo único que se conoce hasta ahora sobre el inminente temblor es que el epicentro se encontrará en la sede del Tribunal europeo de primera Instancia en Luxemburgo y que las sacudidas comenzarán a las 9:30 de la mañana del 17 de septiembre. Nadie se atreve a aventurar, sin embargo, el alcance definitivo ni la intensidad de unas ondas que, previsiblemente, agitarán la jurisprudencia europea durante las próximas décadas.
'Es probable que hagan falta semanas, meses e, incluso, años para entender del todo las implicaciones de esta sentencia', calibra un estrecho colaborador de Microsoft que ha seguido muy de cerca los tres años largos que ha durado hasta ahora el juicio.
El litigio, en teoría, enfrenta sólo a la multinacional estadounidense con la Comisión Europea, que le impuso en mayo de 2004 una multa de 497 millones de euros por abuso de posición dominante. Pero su resolución repercutirá de manera trascendental en muchas otras capas políticas, económicas y empresariales. Desde las relaciones transatlánticas hasta la aplicación de las normas de competencia en los sectores de nuevas tecnologías pueden verse afectadas por el veredicto que leerá el presidente del Tribunal, Bo Vesterdorf, el próximo lunes.
'Todos los abogados tenemos algún caso que depende del fallo sobre Microsoft'
'Todos tenemos algún asunto que nos obliga a estar pendiente de lo que diga el Tribunal sobre Microsoft', reconoce el abogado José Rivas, del despacho McDermott Hill & Emery.
Entre las más directas afectadas pueden encontrarse otras empresas estadounidenses como Intel o Google, cuyo historial de roces con la Comisión Europea comienza a seguir la peligrosa senda abierta por Microsoft. A finales de julio, la CE reactivó el expediente latente contra el fabricante de microchips, al que acusa de competencia desleal hacia su rival AMD. Bruselas también espera con el tridente afilado la notificación de la fusión entre Google y DoubleClick, denostada por rivales y grupos de consumidores como el inicio de un dominio en la publicidad virtual tan asfixiante como el de Microsoft en los sistemas operativos.
En ambos casos, una derrota en Luxemburgo de la empresa de Bill Gates reforzaría la capacidad de la CE para enfrentarse a empresas que acaparan sus respectivos mercados.
'Cualquiera que sea el resultado, el Tribunal aprovechará probablemente esta histórica sentencia para intentar clarificar las condiciones en que una empresa dominante puede negarse a suministrar cierta información a sus competidores', apunta Michael Reynolds, del despacho Allen & Overy, encargado en su día de tramitar la queja de Sun Microsystems que desencadenó la investigación contra Microsoft.
Rivas espera que los jueces incluso maticen 'las diferencias entre las prácticas permitidas a una empresa dominante y a una superdominante o cuasi monopolística como es Microsoft'.
En cuanto al pronóstico sobre la sentencia, el resto de abogados consultados cree que el Tribunal confirmará, como mínimo, la acusación de abuso de posición dominante contra la compañía. Sobre las medidas comerciales impuestas a Microsoft por Bruselas, parece haber división de opiniones: algunos creen que los jueces ratificarán la obligación de facilitar la interoperabilidad de Windows, pero anularán la obligación de comercializar ese sistema operativo sin el programa de vídeo y música Media Player y reducirán ligeramente la sanción. Y todos coinciden en un punto: 'la sentencia debería traer claridad a unas normas sumidas en el oscurantismo'.
Un asunto que ha roto todos los moldes
Microsoft ha batido, probablemente a su pesar, casi todos los récords que se habían establecido en la política europea de competencia. Su expediente se prolonga desde hace casi una década (arrancó en diciembre de 1998 y aún no tiene visos de concluir) y durante ese tiempo la Comisión Europea le ha remitido hasta cinco pliegos de cargos (tres por el caso principal y dos, por el incumplimiento de las condiciones que se le impusieron en marzo de 2004), una cifra a la que ninguna otra compañía se acerca siquiera.La multinacional ha encajado además la mayor multa impuesta por la dirección general de la Competencia (497 millones de euros) y ha sido la única empresa sancionada por desobedecer las órdenes del organismo comunitario (280 millones de euros).Para colmo, sobre ella pesa la amenaza de otra sanción de hasta 1.000 millones de euros si el desacato se prolonga tras la sentencia del próximo lunes, suponiendo que el Tribuna avale la decisión de la CE.En el terreno judicial, el expediente también ha roto todos los moldes. La audiencia del caso se prolongó durante cinco días y, según el veterano abogado Ian Forrester, defensor de la compañía, fue 'la más intensa en la historia del Tribunal de primera instancia' de la UE.Forrester, en un reciente discurso, rememoraba que durante la prolongada estancia en Luxemburgo, a la que asistieron letrados de seis países, uno de los abogados incluso tuvo que volver a Bruselas para asistir al nacimiento de su hijo. De regreso a la sala fue acogido 'con un aplauso que encabezó el presidente del Tribunal'. El próximo lunes, Microsoft comprobará si han merecido la pena todas estas fatigas.
Las porras de los bufetes se decantan a favor de la CE
La sentencia sobre Microsoft es la comidilla inevitable estos días en la mayoría de los despachos de abogados de Bruselas. Aunque pocos se atreven a hacer público su pronóstico sobre el veredicto, las porras internas parecen apuntar a una decisión bastante favorable para la Comisión Europea. En esa dirección apuntan también los preparativos del organismo comunitario para el día de la lectura de la sentencia. En contra de su silencio habitual sobre la agenda del Tribunal, la CE lleva varias semanas anunciando que el próximo lunes se emitirá el esperado veredicto.Microsoft, en cambio, mantiene un perfil más bajo sobre el expediente y fuentes de la compañía prefieren recordar que 'no hay muchos precedentes en que el Tribunal europeo anule completamente una decisión de la CE sobre aplicación del artículo 82 abuso de posición'.De todos modos, las tornas pueden volverse. En el juicio anterior, sobre las medidas cautelares, los abogados apostaban en contra de la CE. Perdió Microsoft.