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Columna
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Bioetanol y precios de cereales

Carlos Sebastián

En un artículo publicado en este periódico el pasado 21 de agosto, leemos que la producción de bioetanol está poniendo en peligro la costumbre de los italianos de comer pasta y la de los mexicanos de comer tortitas. ¡Qué escándalo! Efectivamente, es un escándalo hacer esas afirmaciones. La verdad es que la autora del artículo va a favor de corriente, porque, sin llegar a ese catastrofismo, se oyen muchas voces señalando a la producción de bioetanol como el mayor (o único) responsable del alza en los precios de los cereales.

Y eso que la semana pasada, la comisaria comunitaria de Agricultura, Mariann Ficher-Boel, decía en su blog: 'Estoy interesada en refutar la idea, que algunas personas están esparciendo, de que es fundamentalmente el interés en los biocombustibles lo que está elevando los precios de los cereales. Esto no es el caso. Juegan un papel marginal, al menos en el contexto de la UE'.

Deseo aportar algunos datos, que se alinean con la posición de la comisaria:

¦bull; Tras el aumento en los primeros años de este siglo de los precios de las materias primas minerales (especialmente las metálicas), se está produciendo un encarecimiento bastante general de las materias primas agrícolas y alimentarias, que se ha acelerado últimamente (el índice de precios de las materias primas para alimentos de The Economist ha aumentado en los últimos 12 meses un 30%) y, que, obviamente, no puede asociarse con los biocombustibles. La creciente demanda de los populosos países emergentes, el aumento de los costes por el encarecimiento del petróleo y condiciones climáticas adversas explican este aumento.

¦bull; Se han producido malas cosechas cerealistas en varias zonas del mundo (Australia, Canadá, el segundo mayor exportador de trigo del mundo, y el Este de Europa) y un incremento de producción en zonas marginales, lo que, junto al encarecimiento energético, ha elevado los costes.

¦bull; En Europa el uso de cereales para la producción de etanol representó en 2006 un 0,8% de la producción cerealista. Está previsto que en 2007 suba al 2% (un crecimiento, por tanto de poco más de un punto porcentual). Si se logra el objetivo de introducir en 2010 el bioetanol como combustible hasta un 5,75% del contenido energético del consumo de gasolinas, los cereales utilizados en Europa para producir ese etanol representarán el 3,9% del total de la producción.

¦bull; La subida del precio del maíz en EE UU está relacionada con la demanda de la industria de bioetanol, tanto la real (ya representa un 20% de la producción de maíz) cómo la prevista. Ante la expectativa de crecimiento en el uso de biocombustibles, los fondos de inversión en commodities han tomado fuertes posiciones que han elevado el precio y, también, la volatilidad del mercado: tras aumentar mucho durante los primeros meses del año, en los tres últimos el precio del maíz ha caído más de un 10%. También ha aumentado la volatilidad en el mercado de trigo como consecuencia de la actividad de los fondos.

¦bull; Las tortitas mexicanas utilizan maíz blanco, producido casi íntegramente en México, un mercado totalmente separado del estadounidense de maíz amarillo con el que se produce el bioetanol (la producción de maíz blanco en EE UU representa menos del 1% del total y su importación desde México está sometida a fuertes aranceles).

¦bull; Estimaciones solventes (de la Dirección de Agricultura de la UE y del Departamento de Agricultura americano) aprecian una gran capacidad de respuesta de la producción de cereales. Desde luego en Europa, pero también en el sector de maíz en EE UU.

En resumen, la elevación del precio del trigo y otros cereales en Europa sólo tienen que ver marginalmente con el aumento de actividad en la industria de bioetanol. Tampoco se puede culpar a esta industria del aumento de costes en la producción de las tortitas mexicanas (que se debe a la sequía mexicana en 2006).

Se espera que el aumento de la producción de maíz acabe equilibrando el consumo creciente de esta materia prima por la industria americana del bioetanol. Por otra parte, el hecho de que esta industria genere un coproducto con fuerte contenido proteínico contribuirá a aliviar tensiones en el mercado de alimentos para animales.

Pese a todo, y pese a que la actual tecnología del bioetanol puede contribuir, junto a mejoras en la eficiencia energética, a reducir de forma apreciable el uso de combustibles de origen fósil, el futuro es el bioetanol celulósico, fabricado a partir de la biomasa. Con ello la disponibilidad de la materia prima aumentará por un elevado múltiplo (¿100?), sin tensiones de precios. En ese desarrollo está empeñada la industria del bioetanol con la ayuda de algunos Gobiernos, incluido el español.

Carlos Sebastián. Catedrático de Análisis Económico de la Universidad Complutense

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