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Roderic Miralles

'Se han cerrado plantas por el alza de los precios'

Los productores de biocarburantes y los agricultores han visto trastocadas sus cuentas por la fuerte subida del precio de los cereales, provocada por la mayor demanda de India y China y unas malas cosechas en los grandes productores. Ambos sectores acusan a la industria alimentaria de aprovechar esa alza, de entre el 10% y el 20%, para incrementar los precios de los alimentos básicos muy por encima sin justificación alguna.

'Se han cerrado plantas por el alza de los precios'
'Se han cerrado plantas por el alza de los precios'

Miralles es el director de la sección de biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables, que agrupa a 33 empresas que producen el 99% del bioetanol y biodiésel en España. Dice que el sector ha recibido críticas injustificadas y que el alza en el precio de los cereales también les perjudica a los propios productores, ya que entre el 60% y el 70% de sus costes procede del precio de la materia prima.

¿Asumen alguna parte de culpabilidad en la subida de los precios de los cereales?

No. El alza de los precios de los cereales es un fenómeno complejo que se ha simplificado culpando a los biocarburantes. En la Unión Europea, el destino mayoritario de los cereales sigue siendo la alimentación; en la última cosecha, sólo el 1,4% de la producción de cereales ha ido a cubrir la demanda de bioetanol. En el caso de las oleaginosas, entre 2001 y 2005 se han importado 10 millones de toneladas de aceite de palma, de los que tan sólo 30.000 toneladas (el 3%) se ha ido a biodiésel. Son porcentajes que demuestran que el peso de los biocarburantes sobre el precio de los cereales es mínimo.

'La materia prima supone entre el 60% y el 70% de nuestros costes operativos'

En su opinión, ¿cuáles han sido las razones que han provocado esa subida?

Hay tres características de la oferta y la demanda que han tensionado los precios en los mercados mundiales. Ha habido fuertes sequías en grandes países productores y se ha producido un cambio de usos alimentarios en China e India, en el que ya comen carne y necesitan cereal para alimentar el ganado. Por otra parte, la política agraria común (PAC) ha provocado dos tensiones en la oferta: el mantenimiento de las tierras de retirada, que ha limitado la superficie disponible, y el recorte de las cuotas lácteas, que ha provocado que España demande nueve millones de litros de leche al año cuando tan sólo produce seis.

Esta situación también ha elevado los costes de producción de bioetanol...

La subida de las materias primas nos perjudica muy seriamente, ya que suponen entre el 60% y el 70% de nuestros costes operativos. El repunte de los precios ha provocado el cierre de algunas plantas, como la de Abengoa en Babilafuente (Salamanca), y nos ha obligado a tener que recurrir al mercado internacional para abastecer nuestras plantas. Luego hay una competencia desleal en algunos países como Argentina, Malasia o Estados Unidos, donde otorgan créditos fiscales a las exportaciones de biocarburantes. Cuando la materia prima llega a nuestros puertos, los productores se benefician de una segunda ayuda a través del tipo cero en el impuesto de hidrocarburos. Si a la subida de precios del cereal le sumas las diferencias en políticas regionales y fiscales, el futuro no es muy prometedor.

Mayor protección y más exenciones fiscales

El presidente de la patronal considera que de los tres grandes retos que tenía el sector de los biocarburantes, dos se han cerrado y uno está aún pendiente. 'Hemos conseguido la exención en el impuesto de Hidrocarburos para todos los productores hasta 2012 y también hemos logrado una obligación de biocarburante, que establece un porcentaje de mezcla obligatorio para el bioetanol y el biodiésel (3,4% en 2009 y 5,83% en 2009)'. No obstante, Miralles asegura que la obligación ha llegado tarde y que sólo será efectiva hasta dentro de dos años. '¿Qué hacemos mientras tanto?', pregunta. El tercer reto pasa por conseguir protección, 'especialmente en lo que se refiere a un establecimiento de cuotas en el mercado nacional y a la posibilidad de establecer otras exenciones impositivas, tal y como ocurre en Francia', afirma.

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