Nueva fricción entre Francia y España por el proceso de regularización
La tirantez entre Francia y España a cuenta del proceso de regularización de inmigrantes que realizó el gobierno español en 2005 se repitió ayer después de que el primer ministro francés, François Fillon, asegurara a una televisión que el presidente Zapatero, con quién se reunió a finales de julio en Madrid, 'lamenta amargamente' esa medida de regularización que llevó a cabo su Ejecutivo y 'se ha comprometido a no volver a hacerlo'.
Fillon hizo éstas declaraciones al ser preguntado por la política de expulsiones del Gobierno francés, que justificó con el argumento de que 'Francia no puede acoger a todo el que quiere' entrar y señaló que ése era el caso de 'todos los países europeos'.
El actual presidente de la República, Nicolas Sarkozy, criticó cuando era ministro del Interior al Ejecutivo de Zapatero por iniciar un proceso de regularización sin consultar a la UE. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, defendió ayer desde Santander la regularización de inmigrantes como un 'éxito' y 'un modelo'.
Por otro lado, Sarkozy se mostró ayer partidario de que el G-8, se amplíe a trece países con la inclusión de cinco emergentes: China, India, México, Brasil y Sudáfrica