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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una banca solvente y segura

La crisis desatada a causa de las hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos está suponiendo, a la vez, una prueba para el sector financiero de las economías desarrolladas. Cada país ha vuelto los ojos hacia su propio sector preguntándose el grado de exposición a esta crisis, pero, por extensión, también el grado de seguridad de que está dotado su sistema financiero particular. En este examen, los bancos y las cajas españolas obtienen una puntuación realmente satisfactoria, y no sólo por su escasa exposición a las subprimes.

Las ocho mayores entidades cuentan en la actualidad con un colchón que supera los 24.500 millones de euros para hacer frente a créditos morosos. Esta cifra representa un notable 14,5% más que hace un año. Pero el paracaídas es más seguro porque más de la mitad de esa cifra -13.875 millones- son fondos que exceden el volumen de créditos dudosos. Y esta cifra también se ha reforzado, en este caso un 11%, el último año.

Desde que hace ocho años el Banco de España, con una plausible política de prudencia, exige a las entidades una provisión genérica en función del volumen de crédito que conceden -presente problemas o no, y aparte de la provisión específica por préstamos dudosos-, la banca española ha mejorado sensiblemente su seguridad ante posibles impagados. No obstante, esta partida genérica ha crecido tanto que las entidades han manifestado en diversas ocasiones que se puede convertir en una desventaja frente a sus competidores del exterior. De hecho, el Banco de España ya ha empezado a plantearse la reforma de la normativa, para que cada entidad pueda realizar provisiones más acordes con sus propias circunstancias.

No carece de sentido que el supervisor deje a bancos y cajas operar con modelos propios de cálculo de provisiones. Pero siempre que se mantenga inalterado el principio de la prudencia, que tan buen resultado le ha dado a la banca española. Una condición más necesaria aún hoy, cuando se enfría el sector inmobiliario, y eso repercutirá en los créditos hipotecarios.

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