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Tribuna
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Crisis, ¿está su empresa preparada?

Aunque comience a ser un tópico, el efecto de la globalización, el desarrollo de las nuevas tecnologías, la diversificación de las áreas de negocio y la apertura de nuevos mercados han tenido consecuencias muy positivas para los grupos empresariales españoles. Sin embargo, el espectacular crecimiento empresarial español, también ha traído asociado un incremento en el nivel de amenaza a su seguridad y continuidad de negocio, como lo ha demostrado el atentando en la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas.

Los riesgos actuales a los que se enfrentan las grandes corporaciones empresariales nacionales, con intereses tanto en España como en el extranjero, distan mucho de los exclusivamente relacionados con el ámbito de la seguridad física, en el que podríamos decir que estamos suficientemente preparados y concienciados.

Nuestras empresas han demostrado a lo largo de los últimos años, estar perfectamente capacitadas para competir, tanto en un mercado único europeo como en otros emergentes, desde un punto de vista organizativo y de conocimiento, cuando las condiciones del entorno eran de normalidad.

Pero, ¿qué ocurre cuando suceden acontecimientos negativos, sin relación con los inherentes a la normal actividad empresarial, que provocan situaciones de crisis o emergencia que desbordan las capacidades de respuesta ordinaria de la empresa y exigen la toma de decisiones urgentes y coordinadas a todos los niveles de la estructura?

La conflictividad social y laboral, las crisis sanitarias y veterinarias, los desastres naturales y tecnológicos, el riesgo político, la competencia desleal u hostil, la seguridad pública y el terrorismo y la fuga o robo de know how de la empresa; constituyen actualmente amenazas reales y probables, a las que no todas las empresas se encuentran en condiciones óptimas de poder hacer frente.

Situaciones de crisis o emergencia como las vividas en los últimos años, provocadas por el colapso de aeropuertos y puertos, huracanes y tsunamis, atentados terroristas en importantes capitales occidentales, hundimiento de petroleros cerca de las costas, incendio de edificios e infraestructuras emblemáticas, epidemias de gripe aviar y vacas locas, nacionalización de actividades empresariales en el extranjero, fusiones y adquisiciones complejas u hostiles, robos de la propiedad intelectual y secuestro de altos directivos de viaje de negocios en países de riesgo, entre otras, deberían hacernos reflexionar sobre la necesidad de innovar también en materia de seguridad y gestión de crisis empresarial.

A diferencia de otras áreas del management, nuestros competidores anglosajones nos llevan años de ventaja en materia de preparación corporativa y seguridad empresarial.

Un estudio realizado por el Templeton College de la Universidad de Oxford, titulado The Impact of Catastrophes on Shareholder Value, y elaborado por Rory F. Knight y Deborah J. Pretty, demuestra que el valor para el accionista de una empresa que sufre una situación de crisis o emergencia, como las descritas con anterioridad, puede experimentar a los 250 días de haberse desencadenado, una variación que va desde un 7% al alza hasta un 15 % a la baja, dependiendo de si dicha empresa estuviera o no preparada y organizada para la gestión de situaciones de crisis o emergencia.

La alta dirección española debería tener presente que la inversión en corporate preparedness y seguridad empresarial, no puede ni debe entenderse como un gasto innecesario, pues sin lugar a dudas, sumará valor añadido a la empresa al dotarla de herramientas útiles capaces de prevenir, gestionar y mitigar los efectos negativos sobre su actividad e imagen, producidos por acontecimientos de muy distinta naturaleza.

El desarrollo de auditorías globales de riesgos y amenazas empresariales, sistemas de gestión de situaciones de crisis o emergencia, planes de seguridad de edificios y grandes infraestructuras de obra civil, gestión del riesgo de viaje de directivos, planes de evacuación de empleados que trabajan en países complejos, informes de inteligencia comercial, planes de comunicación y formación de portavoces en situaciones de crisis o emergencia, son entre otros, algunos de los productos más demandados por la alta dirección en los últimos tiempos, en materia de seguridad y crisis.

No cabe duda que la expansión empresarial y geográfica, es necesaria y deseable, siendo conscientes de los riesgos asociados a dicho crecimiento y, por tanto, tomando las medidas oportunas para prevenir o mitigar los efectos de situaciones de crisis o emergencia.

Luis Sánchez Peiro. Senior director de Kroll

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