El alquiler sale del letargo
La subida de los tipos hipotecarios, tras una escalada del euribor que dura ya dos años, está empezando a cambiar la percepción sobre el mercado de la vivienda de alquiler en España. Los españoles se han beneficiado en los últimos años de unas condiciones de financiación bancarias sin precedentes, gracias a la caída de los tipos de interés con la llegada del euro y a la fuerte competencia entre las entidades, que han ampliado mucho los plazos de amortización de las hipotecas, reduciendo el importe de las cuotas mensuales y facilitando el acceso a una vivienda en propiedad a capas de la población que hasta entonces ni se planteaban comprar una casa. Este auge de los pisos en propiedad ha dejado al alquiler un espacio casi anecdótico en la estructura del mercado de la vivienda (apenas un 10% frente al 30% en Europa).
Ante la disyuntiva compro o alquilo, los hechos y las cifras parecían dar la razón a la primera alternativa, lo que contribuyó a arraigar la cultura de la propiedad, tan extendida históricamente en España. Pero las cosas están cambiando. Y no precisamente porque haya políticas activas y valientes de fomento del alquiler. Lo cierto es que ya no es tan fácil endeudarse y la situación económica obliga a muchas más familias a echar cuentas. Por una parte, los bancos han empezado a cerrar el grifo del crédito. Por otra, la subida de los tipos encarece las cuotas hipotecarias mensuales, por lo que, en muchas regiones, empiezan a ser más baratas las rentas que se pagan por alquiler que las que tienen que afrontar quiénes compran su casa.
De acuerdo con una comparativa realizada por este periódico, sólo en Asturias, Canarias, País Vasco y Navarra es más barato ya pagar la hipoteca que alquilar un piso. La distancia, en todo caso, entre propiedad y alquiler sigue siendo enorme. Corregirla debería ser una prioridad política para facilitar el acceso a la vivienda. Pero parece difícil que eso se consiga sin medidas más ambiciosas y sin cambios legales que garanticen la seguridad jurídica para los propietarios de pisos vacíos que se decidan a sacar viviendas al mercado.