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Columna
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Bajan el paro y la temporalidad

España disfruta de la tasa de paro más baja de la serie histórica, una situación compatible con una tasa de actividad en máximos. El autor analiza estos datos que, en su opinión, significan un sustancial impulso al proceso de convergencia del mercado de trabajo español con el europeo

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre de 2007, el empleo crece en relación con el trimestre precedente en 298.100 personas (167.400 en cifras desestacionalizadas) y en 674.200 personas en relación con un año antes. De esta evolución se deriva que la tasa de variación interanual se mantiene en el segundo trimestre en la misma cifra que en el primero (3,4%), lo que supone la interrupción de la tendencia a la desaceleración del empleo que se había producido en los seis trimestres anteriores.

Este positivo comportamiento de la población ocupada se explica por la evolución de los asalariados, al situarse su tasa de variación interanual en el 4,1%, dos décimas más que en el trimestre anterior, ya que los no asalariados apenas crecen. Además, dentro de los ocupados asalariados la evolución es mucho más favorable entre los indefinidos que entre los temporales, como ya venía ocurriendo desde el tercer trimestre de 2006, en contraste con la evolución más favorable del empleo temporal en periodos anteriores, lo que se refleja en el aumento interanual en el segundo trimestre de 864.800 asalariados indefinidos y en el descenso en el mismo periodo de 197.000 asalariados temporales.

Esta pauta reciente más positiva del empleo indefinido que el temporal está relacionada, sin duda, con las medidas diseñadas para favorecer la contratación indefinida en la reforma laboral pactada entre el Gobierno y los interlocutores sociales en mayo del pasado año en el Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y del Empleo (AMCE), entre las que destacan las limitaciones al encadenamiento de los contratos temporales, la reducción del tipo de cotización empresarial por desempleo de los trabajadores indefinidos, la extensión del contrato de fomento de la contratación indefinida con menor coste de despido improcedente que el contrato indefinido ordinario, el cambio en el sistema de incentivos a la contratación indefinida y el establecimiento de un Plan extraordinario de conversiones de contratos temporales en indefinidos vigente sólo en el segundo semestre de 2006.

Fruto de la evolución más favorable de la contratación indefinida es el descenso de la tasa de temporalidad (porcentaje de asalariados con contratos temporales), que se sitúa en el segundo trimestre del presente ejercicio en el 31,8%, 2,5 puntos menos que un año antes y que se convierte en la tasa más baja desde el segundo trimestre de 1991, con las únicas excepciones del cuarto trimestre de 2002 y el primer trimestre de 2003 y 2004.

Este descenso de la tasa de temporalidad por tercer trimestre consecutivo, tras la tendencia creciente de los tres años anteriores, aunque sea sólo de una décima respecto del trimestre anterior, es de especial relevancia si se tiene en cuenta que el segundo trimestre del año es estacionalmente favorable a la contratación temporal, sobre todo en un año como el actual en el que la Semana Santa se celebró en abril, por lo que tradicionalmente en este trimestre aumenta la tasa de temporalidad.

En concreto, la evolución de la tasa de temporalidad en el segundo trimestre, al igual que ocurrió en el primero, está ligada al aumento de la contratación indefinida inicial, puesto que el plan extraordinario de conversiones incentivadas de contratos temporales en indefinidos, establecido en la citada reforma laboral de mayo del pasado año, dejó de estar vigente el uno de enero de este año.

Por otro lado, y aparte del descenso de la tasa de temporalidad, otra característica importante de la EPA del segundo trimestre es la positiva evolución del paro estimado por la encuesta. En efecto, debido a que el crecimiento del empleo ha sido más intenso que el de la población activa, el 3,4% y 2,8%, respectivamente, el paro desciende en relación con un año antes en 77.000 personas (el -4,2%) en tasa de variación interanual, cifra menor en una décima a la del periodo anterior. Ello es consecuencia del descenso del paro intertrimestral en el segundo trimestre en casi 100.000 personas (96.100), que en términos desestacionalizados se convierte en una disminución de 24.500 personas.

Como consecuencia de esta evolución del paro, la tasa de paro en proporción a la población activa se reduce en el segundo trimestre, tanto respecto del periodo previo como respecto de un año antes, en cinco décimas, hasta situarse en el 8% (7,954%), tasa que es la más baja de la serie histórica desde el primer trimestre de 1979. Además, esta situación de reducción de la tasa de paro es compatible con el máximo histórico de la tasa de actividad, que se sitúa en el segundo trimestre en el 58,9%, lo que permite que también se alcance el máximo histórico del 54,2% de la tasa de ocupación (calculada, como la tasa de actividad, en porcentaje de la población 16 y más años), lo que significa un sustancial impulso al proceso de convergencia del mercado de trabajo español al europeo.

José Ignacio Pérez Infante. Profesor asociado de Mercado de Trabajo en España de la Universidad Carlos III

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