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Bioseguridad

El Reino Unido investiga la implicación de un laboratorio en el brote de fiebre aftosa

Las autoridades británicas investigan la implicación de un laboratorio como fuente del brote de fiebre aftosa hallado en una granja de Surrey, (al sur de Inglaterra). Las instalaciones son compartidas por el Instituto de Salud Animal (IAH en sus siglas en inglés), que trabaja para el Gobierno británico, y por la farmacéutica Merial Animal Health, que el pasado julio utilizó para la producción de vacunas la misma cepa del virus detectada en el brote.

El IAH asegura, tras inspeccionar las instalaciones, que no ha detectado fallos en sus procedimientos de bioseguridad. Su director, Martin Shirley, señaló a la prensa que el laboratorio opera 'bajo estrictos procedimientos de bioseguridad autorizados por el Ministerio de Medio Ambiente'. El centro ha revisado sus archivos para conocer el uso de la cepa, que es del tipo 01 BFS67 (aislada en el brote sufrido por el Reino Unido en 1967), y ha comprobado una utilización 'limitada' de la misma en el laboratorio en las últimas cuatro semanas.

Las sospechas se centran ahora en la farmacéutica Merial, propiedad de Merck y Sanofi-Aventis, que ha aceptado voluntariamente interrumpir su producción de vacunas como medida de precaución, pese a no haber detectado fallos en su seguridad.

El ministro de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, Hilary Benn, ha calificado de 'prometedora' la vinculación de la cepa y los laboratorios, aunque reconoce que aún no hay conclusiones definitivas sobre el origen del brote. Por ello, recomendó a la población que permanezca alerta. Se trata del primer brote de fiebre aftosa en el Reino Unido desde la epidemia del 2001, que obligó a sacrificar entre 6,5 y 10 millones de cabezas de ganado y generó unas pérdidas de unos 8.500 millones de libras (unos 12.500 millones de euros).

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