Cómo funciona una mutua
Gestionan las bajas médicas por accidente laboral o enfermedad común
Se puede decir sin temor a equivocarse que las Mutuas de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales son las grandes desconocidas del ámbito laboral. En España existen, tras las últimas fusiones, 22 de estas entidades cuya principal y única labor es la gestión de las bajas laborales (ya sea por accidente laboral o por enfermedad común) de los trabajadores cuyas empresas están asociadas a una mutua.
Para realizar esta gestión de los procesos de incapacidad temporal (bajas médicas) las mutuas reciben de la Seguridad Social las cotizaciones por accidente de trabajo que paga en exclusiva el empresario por cada trabajador y una fracción de las cuotas que pagan empresarios y trabajadores por contingencias comunes, que son las que sirven para costear las bajas por enfermedades comunes, es decir, todas aquellas que no estén provocadas por un accidente laboral.
En la actualidad hay 1,6 millones de empresas que han contratado con una mutua la gestión de las bajas de sus empleados cuando tienen un accidente de trabajo, lo que afecta a 15 millones de trabajadores, y supone más del 95% del total de los asalariados.
Además un millón de compañías también han pactado con una mutua la gestión de las bajas comunes, lo que afecta a 10,5 millones de trabajadores, el 60% del total. Asimismo, los autónomos que decidan cotizar por incapacidad temporal y por accidentes de trabajo deben hacerlo en la actualidad obligatoriamente a través de una mutua.
Teniendo en cuenta que las mutuas son entidades colaboradoras de la Seguridad Social, las empresas no contratan sus servicios de forma habitual, sino a través de un convenio anual.
Las mutuas gestionan al año casi 9.000 millones de euros provenientes de las cotizaciones de empresarios y trabajadores pero, igualmente, su financiación es especial: la ley les prohíbe tener beneficios.
Así, el 80% de los excedentes de la gestión de las bajas por accidentes se destina a labores de prevención y rehabilitación de los accidentados y el 20% restante a constituir reservas para la propia mutua. En el caso de los excedentes de la gestión de las bajas por enfermedad común, el 90% se devuelve a la Seguridad Social, que lo destina a engrosar el fondo de reserva de las pensiones; y el 10% restante, lo reinvierten en sus reservas o en dotaciones patrimoniales.
Fuentes sindicales reconocieron que el hecho de que estas entidades no puedan tener beneficios hace que se den casos de cierta 'ingeniería financiera' y, por ejemplo las dotaciones patrimoniales se traducen en subidas de sueldos 'de gran parte de la plantilla o sólo de sus directivos'. En cualquier caso, la Seguridad Social audita sus cuentas una vez al año.
Un rumor muy extendido en el sector mutualista
'Lo estábamos esperando', y 'no nos ha cogido por sorpresa'. Estas fueron las frases más repetidas ayer entre distintas fuentes del sector de las mutuas de accidentes de trabajo consultadas por este periódico. Al parecer las sospechas de irregularidades en torno a la Mutua Universal estaban extendidas en el sector.De hecho, la federación ASPA, patronal que agrupa a los servicios de prevención ajenos (compañías dedicadas a elaborar los planes de prevención de riesgos para las empresas), denunció en marzo pasado a la Mutua Universal ante la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social, al considerar que esta entidad usaba el dinero de las cotizaciones para financiar servicios de prevención ajenos, que es un negocio privado. En 2005 el Gobierno obligó a las mutuas a segregar sus servicios de prevención ajenos del resto de sus actividades (que se financian con dinero público). Para ello, las mutuas han creado empresas de servicios de prevención.