Manuel Jove aterriza en BBVA
El empresario gallego Manuel Jove ha movido ficha en el sector bancario. Ayer anunció la compra del 5% de BBVA, con lo que se convierte en su primer accionista. La operación, consensuada con la dirección del grupo bancario en contra de lo que sucediera con el fallido intento de Sacyr de hace tres años, es meramente financiera. Es decir, que Jove no se sentará en el consejo de administración de la entidad.
El movimiento de Manuel Jove tiene varias lecturas. Desde el punto de vista del banco, sirve, al margen de para dar un espaldarazo al equipo gestor, para construir un grupo de inversores que estén en sintonía con la línea ejecutiva y que jueguen el papel de aliados en el hipotético caso de un ataque hostil. Un nutrido grupo de empresarios españoles, una buena parte de ellos constructores, tienen pequeñas participaciones en la entidad y el propio Francisco González se ha preocupado de cuidar a los grandes fondos internacionales.
Un intento de blindaje lógico y oportuno si se tiene en cuenta que las últimas grandes operaciones mundiales, como puede ser el caso de ABN Amro, han dejado claro que el tradicional escudo de una elevada capitalización bursátil puede ser inútil con una alianza entre varias entidades de igual o menor tamaño.
Desde el punto de vista de Jove, convertirse en el primer accionista del segundo grupo bancario español significa poner la guinda a la política de inversiones que acometió tras vender a Martinsa lo que hasta entonces había sido la obra de su vida, la inmobiliaria Fadesa.
El empresario gallego ha demostrado una extraordinaria habilidad en el terreno de las inversiones. Supo salir del negocio del ladrillo en el mejor momento, con suculentas plusvalías y mucha caja, y ha recalado en tres sectores y empresas con un clarísimo poder de revalorización: la banca (con el 5% de BBVA), el petróleo (con el 40% de Vetra Energía, asociándose a Humberto Calderón, ex presidente de la OPEP) y la moda (con el 37,7% de Caramelo).