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Pequeños Gigantes. Castrosúa

60 años vistiendo autobuses

Los autobuses son vehículos que se hacen a medida de cada cliente. En función de sus prioridades trabajan las empresas carroceras. Una de las más relevantes en el panorama nacional es Castrosúa.

Para entender el negocio de Castrosúa hay que hacer una aclaración que rompe con una idea muy común, pero equivocada. Y es que los grandes fabricantes de autobuses se ocupan únicamente de desarrollar la parte técnica del vehículo. Todo lo demás corre a cargo de las empresas carroceras como Castrosúa. Ellas son las encargadas de hacer lo que el público entiende como un autobús, es decir, todo lo que se ve al subir a uno de ellos.

Pero lo que se agrupa bajo el concepto de carrocería no son cuestiones menores. Estamos hablando de, aproximadamente, el 50% del valor de un autobús. 'De los fabricantes únicamente recibimos la parte mecánica. Esto implica el motor, el sistema de frenos, la transmisión, etc.', apunta Jesús García, gerente de Castrosúa. A partir de ese núcleo se construye todo el vehículo. Su empresa, situada en Santiago de Compostela, es una de las que más peso tienen en este sector.

Una empresa familiar

La empresa, eminentemente familiar, cuenta con una capacidad de producción de 450 autobuses al año o, lo que es lo mismo, dos autobuses al día. Al mando de todo está José Castro Suárez, el responsable de la fundación de la empresa hace casi 60 años. En aquel momento las carrocerías se hacían en madera. Las sucesivas adaptaciones al mercado les llevaron a fusiones con otras empresas carroceras. Pero hoy en día Castrosúa sigue siendo una empresa familiar independiente.

En sus instalaciones en la capital gallega trabajan actualmente unas 400 personas. A esto habría que sumar los efectivos de Carsa, una empresa adquirida que, aunque está integrada en el propio grupo, mantiene su independencia. Carsa suma a esta producción 275 autobuses más al año y unos 200 trabajadores. Además, como la demanda es creciente, Castrosúa ha concertado una red asociada de talleres de servicio en varias comunidades autónomas. Todo esto se traduce en una facturación de 45 millones de euros el año pasado.

Actualmente fabrica autobuses urbanos en versiones articuladas de 9, 12, 15, y 18 metros de longitud. Trabaja tanto con vehículos con altura de piso normal como con piso bajo, así como interurbanos y autocares de gran turismo. Pero el gran valor de la compañía, al menos para Antonio Barreiro, consejero y director técnico, es que 'Castrosúa nunca dudó en afrontar nuevos retos'. Así, en 1992 fueron los primeros en lanzarse a la fabricación de autobuses de piso bajo. 'En aquel momento todo el mundo era muy escéptico y sólo contamos con la colaboración del fabricante MAN', apunta Barreiro.

También fue en los años noventa cuando fabricaron los primeros autobuses de gas GLP o gas licuado y, en 1995, les llegó el turno a los primeros autobuses de piso bajo de gas natural comprimido. Esto último fue todo un reto técnico, ya que 'las bombonas de gas natural que incorporan estos autobuses de combustible ecológico pesan 1.000 kilos y van sobre el techo'.

Hace años la empresa se dedicaba a la fabricación de carrocería tanto para autobuses urbanos como interurbanos o de línea. Después, y debido a la gran demanda, los directivos de Castrosúa tuvieron que optar por uno de los dos, ya que les era imposible responder a las peticiones de ambos tipos de autobuses. Fue entonces cuando se especializaron en autobuses urbanos y suburbanos.

Así continuó hasta el año pasado, momento en que la compañía decidió retomar esta área de negocio y volver a la fabricación de las carrocerías para autobuses de línea. La nueva área de negocio se acaba de estrenar con el modelo Master 36 y promete ser todo un éxito.

Datos básicos

Técnico. Hay modelos de autobuses que supusieron grandes hitos. Por ejemplo, los que tienen estructura de piso bajo carecen de la estructura que sujeta el motor y es la carrocería la que debe sostenerlo. No fue más fácil con los autobuses de gas natural, ya que las bombonas pesan 1.000 kg.Cifras. El mundo del transporte de autobuses en España está muy diversificado. Actualmente, y según los datos de la empresa gallega, hay aproximadamente unas 2.000 empresas dedicadas a esta actividad. En estas cifras, junto a las más conocidas, hay un sinfín de pequeñas compañías de carácter local.Calidad. Algunos de los clientes de Castrosúa llevan trabajando con ellos más de 30 años. Es por ello que la compañía presume de cuidar a cada uno adaptando el producto a sus necesidades. Los controles de calidad son muy estrictos, pero dan resultado, ya que existen autobuses de Castrosúa circulando con más de 20 años de edad.Proceso. Para sacar el máximo rendimiento a la cadena de producción, Castrosúa trabaja con cuatro autobuses a la vez. De esta forma, las fases se suceden de manera casi mecánica, lo que les permite garantizar la fabricación de un autobús en apenas 20 días. Produce 450 vehículos al año.

'Los empleados son verdaderos artesanos'

Al entrar en una planta de producción de autobuses, lo primero que sorprende al curioso es que no tiene nada que ver con las de los turismos. No encontramos grandes máquinas que trabajan de manera casi autónoma. Nada más lejos de esta imagen futurista.La razón de por qué existe esta diferencia es que en el mundo de los autobuses se trabaja a medida. Cada cliente establece sus prioridades y el número de modelos que se hacen de manera idéntica son contados. 'Introducir maquinaria que automatice estos procesos en una línea de producción que tiene series de vehículos de aproximadamente seis unidades no compensa', aclara Barreiro.Casi todo en Castrosúa es artesanal. Según Jesús García, 'nuestros trabajadores son verdaderos artesanos. Son nuestro mayor valor'.La afirmación va mucho más allá de las palabras, ya que este activo ha pesado siempre más que ningún otro a la hora de tomar decisiones empresariales. Por ejemplo, uno de los principales problemas a los que la compañía tiene que enfrentarse es el no contar con más suelo industrial en su actual emplazamiento. 'Para ampliar actividad y mejorar nuestra cadena de producción, tener más terreno sería el modo más sencillo. Sin embargo, hemos decidido redoblar esfuerzos en la organización interna. No estimamos trasladarnos, ya que gran parte de nuestro éxito se debe al buen trabajo de nuestra plantilla. Son casi artesanos y no nos planteamos ni prescindir de ellos ni trasladarlos'. En esto sí que se nota que Castrosúa no entiende de deslocalización y que sigue siendo una empresa familiar.

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