La caída de un tendido eléctrico sume a Barcelona en el caos
Un cable de 110 kilovoltios de Red Eléctrica sufrió en la mañana de ayer una pérdida total de tensión en una subestación de Barcelona provocando el corte de suministro eléctrico a 350.000 abonados de Fecsa Endesa. El ministro de Industria, Joan Clos, calificó el incidente de 'muy grave', mientras 800 agentes de la Guardia Urbana regulaban el caos circulatorio en la capital catalana, en la peor avería desde el verano de 2003.
La caída de tensión en un cable de 110 kilovoltios de Red Eléctrica en la subestación de Collblanc (L'Hospitalet de Llobregat) a las 10:53 horas de ayer provocó un efecto dominó en otras subcentrales barcelonesas de Sants, Les Corts, Urgel y Maragall (incluyendo la intervención de los bomberos para apagar un incendio en ésta última), perdiendo una capacidad de potencia de 700 megavatios.
Un total de 350.000 abonados de Fecsa Endesa de Barcelona y su zona de influencia quedaron sin suministro inmediatamente, además de un 70% de los semáforos de la capital catalana. Unos 800 agentes de la Guardia Urbana de la Ciudad Condal regularon el tráfico durante todo el día.
Moverse por Barcelona fue muy complicado durante más de una hora y media porque la incidencia afectó también a las líneas de tranvía, los Ferrocarriles de la Generalitat y a tres líneas de metro (la 1, la 3 y la 5), que interrumpieron su circulación durante un cuarto de hora. De los 12.000 establecimientos de restauración existentes en la Ciudad Condal, quedaron afectados entre 5.000 y 7.000, señalaron portavoces gremiales.
La incidencia de Red Eléctrica provocó también una avería en una instalación de Telefónica en Horta, que a su vez afectó a 200 repetidores de telefonía móvil repartidos por la ciudad, lo que generó problemas con las conexiones móviles.
Sin embargo, la telefonía fija no dejó de funcionar gracias a la utilización de grupos electrógenos de Telefónica. El apagón tampoco afectó la actividad normal del puerto, del aeropuerto ni a la circulación de Renfe, en la que sí dejaron de funcionar las máquinas de venta de billetes en las zonas afectadas.
En el sector sanitario, tres de los grandes hospitales de la ciudad resultaron afectados. En el Clínico se suspendieron las operaciones programadas para el día de ayer y las intervenciones que estaban en marcha en el momento del incidente se llevaron a cabo gracias a los generadores autónomos del centro. En el Hospital de Sant Pau, todos los pabellones modernistas quedaron sin luz, mientras que el edificio nuevo continuó funcionando con normalidad. El Hospital infantil de Sant Joan de Deu trabajó también con generador para cubrir su actividad básica. Por su parte, el Hospital de Vall d'Hebrón únicamente se vio afectado en sus servicios de lavandería, docencia y climatología.
El ministro de Industria, Joan Clos, que estaba en Barcelona para asistir a la reunión de la Ejecutiva del PSC, calificó el apagón de 'muy grave' y destacó que la reacción en cadena hubiera podido haber dañado el sistema del resto de España e incluso más allá de las fronteras.
Por su parte, el consejero de economía de la Generalitat catalana, Antoni Castells, anunció la apertura de un expediente informativo. Desde el primer momento, Fecsa Endesa declinó cualquier responsabilidad en el apagón, argumentando que el problema se había originado en un cable de Red Eléctrica.
El delegado de Red Eléctrica en Cataluña, Lluis Pinós, compareció en rueda de prensa a primera hora de la tarde, reconociendo que se trataba del incidente más grave ocurrido en Barcelona desde el verano de 2003, cuando se quemó una subestación en el barrio de Sant Andreu. Pinós asumió el protagonismo del apagón, pero sin esclarecer las causas. En ese momento, los afectados se habían reducido a los 130.00 abonados, principalmente los conectados en las subestaciones de Urgell y Maragall. A esa hora también llegó la primera reacción empresarial: la Confederación de Comercio de Cataluña y el Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo de Barcelona emitieron un comunicado conjunto en el que iniciaban la evaluación de daños y anunciaban que reclamarán responsabilidades tantos a las eléctricas como a las administraciones.
A media tarde, los abonados sin servicio se cifraban en 110.000. Lluis Pinós volvió a comparecer acompañado esta vez del representante de Fecsa, Albert Alegre, para explicar que la situación tardaría en normalizarse debido al incendio en la estación de Maragall. Alegre aseguró que los 30.000 clientes de Urgel volverían a tener servicio hoy por la mañana, tras reponer el cable de alta tensión subterráneo que comunica con Collblanc, mientras que los restantes 80.000 afectados por la instalación de Maragall 'tardarán días e incluso semanas' en recuperar el suministro, porque 'el principal problema es que la subestación se ha quedado sin alimentación de alta tensión'.
Fecsa declina responsabilidades
Mientras todas las miradas acusaban a Red Eléctrica el primer día del apagón, Fecsa Endesa destacaba que 'había hecho los deberes'. La compañía ha invertido en los últimos cuatro años 450 millones de euros en la instalación de 39 subestaciones en Cataluña, en el denominado Plan Tramuntana. Sin embargo, sólo dos de estas instalaciones se han ubicado en la capital catalana, según señaló ayer un portavoz de la compañía. El último y referido apagón del verano de 2003 coincidió con el inicio de este plan inversor, mientras que a su conclusión se ha originado el de ayer.El responsable de Red Eléctrica en Cataluña, Lluis Pinós, aseguró que se han hecho las inversiones necesarias en los últimos años, refiriéndose a Fecsa, pero admitió que 'llueve sobre mojado', dando a entender que la red en Barcelona está sometida a una serie de tensiones de demanda. Pinós relacionó dos incidencias lejanas en el tiempo. La primera se remonta a principios de junio, cuando se cortó un cable que conectaba las subestaciones de Collblanc y Urgel (dos de las afectadas ayer) durante las obras de construcción de un aparcamiento de la calle París, en un solar donde Bayer albergó una fábrica hace años. El segundo problema ocurrió hace una semana. En este caso, otras obras dañaron las líneas eléctricas que unen la zona de Besós y Trinitat y Badalona con Sant Andreu.Con todo, Pinós no relacionó directamente estos dos problemas como causas del apagón, ni con un posible déficit de oferta, sólo pidió que las administraciones tomen más medidas para proteger las líneas eléctricas subterráneas de las obras. El representante de la compañía transportista afirmó que cada día se hacen controles visuales y de mantenimiento en las infraestructuras responsabilidad de Red Eléctrica.
Precedentes
Barcelona no sufría una incidencia de estas características desde el verano de 2003, cuando una subestación se incendió en el barrio de Sant Andreu. A finales de ese año, se repitieron los cortes de electricidad, afectando principalmente fuera de la capital.