El BCE defiende la independencia de la institución ante las propuestas de Sarkozy
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Lucas Papademos, defendió ayer enfáticamente la independencia del organismo emisor, calificándola de 'elemento nuclear' del marco institucional de la política monetaria europea. Papademos salió así al paso de las recientes reclamaciones del presidente francés, Nicolas Sarkozy, sobre la posibilidad de que el BCE debata su política monetaria junto con los ministros de Finanzas de la eurozona. De forma más o menos velada, Sarkozy culpaba a la entidad de la fuerte apreciación del euro frente a otras divisas, que dificulta las exportaciones europeas.
Papademos, que pronunció una conferencia en la localidad griega de Delfos, recogida en la página web del BCE, fue claro en su exposición: 'Dado que la política monetaria común no puede y no debe usarse para aliviar los efectos de las diferencias regionales, se deben emplear reformas estructurales y políticas económicas en los países para corregir cualquier evolución adversa y duradera de la inflación y pérdidas de competitividad específicas en cada país', afirmó. Un mensaje en el sentido de que, según la formulación de la Unión Económica y Monetaria, los Estados sólo pueden incidir en su economía en los campos regulatorios y de política fiscal.
Con un tono confesado de 'orgullo paternal', Papademos afirmó que, desde el BCE, tienen la impresión clara de que el euro ha sido un éxito. El número dos de Jean-Claude Trichet instó a los países miembros de la zona euro a aprovechar el actual ciclo de bonanza económica para 'cumplir sus compromisos' en materia de reformas estructurales. 'No hay mejor momento para reforzar el tejado que cuando brilla el sol', resumió.