Abertis y Atlantia no retoman la unión pese a lo que decida la UE
La fusión de Abertis y Atlantia (antes Autostrade) se mantiene en suspenso mientras Italia no clarifique la norma sobre autopistas con la que vetó la unión. La voluntad de la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, de cerrar el expediente a Roma si retira las trabas no soluciona las incertidumbres de los grupos de autopistas.
El cambio de la normativa sobre concesiones de autopistas que el Gobierno italiano aprobó el mes pasado y que ahora Bruselas ve con buenos ojos no convence a Abertis y a Atlantia, controlada por la familia Benetton. La nueva regulación sobre tarifas e inversiones se aplicará a las nuevas concesiones y a las actuales en ciertos casos.
En teoría, esto debería suponer el levantamiento del veto. En la práctica, siguen existiendo incertidumbres, como ha declarado ya el presidente de Atlantia, Gian Maria Gros Pietro, y apuntan fuentes próximas al grupo español controlado por ACS y La Caixa.
Hay tres puntos negros que Italia debería aclarar: los criterios con los que fija la subida de tarifas (este año limitada al 0,67% frente al 3,4% pedido), el baremo para fijar la retroactividad de determinadas inversiones y los mecanismos de fijación del canon que las concesionarias pagan a la agencia estatal de carreteras Anas. Este canon se ha duplicado y está en el 2% de los ingresos.
En cualquier caso, la fusión para crear el primer grupo mundial de autopistas -que las dos empresas suspendieron por el veto en diciembre- ya no se podrá retomar en los mismos términos (sobre todo porque el canje de acciones ya no vale); sería otra operación. Si Bruselas cierra el expediente, 'la actuación de Italia quedaría impune y puede sentar precedente', apuntan fuentes del sector.
Abertis no hizo ayer comentarios oficiales a la decisión de Bruselas.
Mientras, la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, espera con impaciencia que el Gobierno de Romano Prodi lleve a cabo por fin los anunciados cambios en la regulación del sistema de tarifas de las autopistas italianas. Tan pronto como esa reforma se adopte formalmente y se aplique en la práctica, el departamento de Kroes se muestra dispuesto a cerrar los contenciosos con Roma por obstaculizar la fusión por absorción de Atlantia por Abertis anunciada en abril del año pasado.
La comisaria holandesa incluso ha pedido a sus compañeros de la Comisión, que mañana se reúnen en pleno por última vez antes de las vacaciones, que la habiliten para poder cerrar el expediente sin más consultas en el supuesto de que las autoridades italianas diesen el esperado paso durante el mes de agosto.
Roma se libraría así de un frente mucho más peligroso que el del comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy. Kroes, a diferencia de su colega irlandés, dispone de poderes ejecutivos en materia de competencia. Y puede dictar una orden, con carácter jurídico vinculante, anulando las condiciones de un Gobierno a una operación de dimensión comunitaria.
Italia ha sabido esquivar esa espada de Damocles que Kroes ha alzado por dos veces durante la operación, modificando sucesivamente las condiciones impuestas a las concesionarias. El régimen anunciado el pasado mes disipa definitivamente las inquietudes de Kroes. Desde Italia, el ministro de Infraestructuras, Antonio Di Pietro, valoró ayer los 'útiles consejos' que su Gobierno recibe de la UE, informa EP.
McCreevy mantiene sus reticencias
El comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, mantendrá, de momento, el expediente abierto contra el Gobierno italiano por reformar el sistema de concesiones de autopistas con el presunto objetivo de 'crear incertidumbres y desalentar a los inversores'.Fuentes del departamento de McCreevy descartaron ayer que se vayan a producir novedades en ese frente durante las próximas semanas. De todos modos, el previsible carpetazo de la comisaria de Competencia a su parte del expediente resta mordiente a la ofensiva del irlandés.