El móvil produce cáncer y otros mitos tecnológicos
Las leyendas urbanas existen desde que el mundo es mundo. Las hay de toda clase y pelaje y algunas se han instalado en el imaginario colectivo. El mundo de las nuevas tecnologías, como no podía ser de otra forma, es fuente de multitud de bulos; algunas tienen cierta base mientras otras, son simplemente increíbles. Documentarlas todas es tarea imposible, porque cada día aparecen nuevos mitos en algún rincón del mundo, pero esta pequeña muestra puede servir para tirar por tierra algunas de las más arraigadas.
Móviles detonadores
Si hay un cartel que se repite en la mayoría de las gasolineras españolas es el de 'Prohibido usar el teléfono móvil'. No hay que tomárselo a broma pues según una de las multinacionales más poderosas del sector, la anglo-holandesa Shell, "los dispositivos que emplean baterías, como teléfonos móviles, buscas y cámaras, representan un fuente potencial de ignición".
La alarma saltó tras la explosión de una gasolinera en Indonesia. Las autoridades del país asiático achacaron en un primer momento el percance a una chispa generada por el teléfono móvil de uno de los clientes del establecimiento. El rumor, la leyenda urbana, corrió como la pólvora gracias al correo electrónico y la prensa sensacionalista.
Sin embargo, según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, "la existencia de accidentes de esa naturaleza es cuestionable", y todavía nadie ha podido demostrar que el peligro potencial exista. El pasado mes de mayo en 'Brainiac', un programa de Cuatro, hicieron la prueba: una caravana rociada de gasolina y un par de cientos de móviles recibiendo llamadas. El resultado fue el esperado: no explotó.
No obstante, el Reglamento General de Circulación es claro al respecto; los distribuidores de gasolina no pueden surtir "si no está parado el motor y apagadas las luces de los vehículos, los sistemas eléctricos como la radio y los dispositivos emisores de radiación electromagnética como los teléfonos móviles". La ley ante todo.
Sony Timer
Un día vas a encender tu maravillosa BlackTrinitron de Sony, que 15 años después sigue dando lo mejor de ese enorme tuvo que imposibilita amueblar el salón de otra manera, pero por mucho que pulsas el botoncito, la televisión no responde. De repente, recuerdas que ya te pasó lo mismo con tu viejo walkman de la marca japonesa. Y con un vídeo.
Todos llegaríamos rápidamente a la conclusión de que 15 años es una vida útil para una televisión decente y que el walkman suficiente tuvo con sobrevivir a aquél inter-rail por Turquía, Grecia e Italia.
¿Todos? ¡No! Un grupo de irreductibles japoneses mantiene desde mediados de los años 90 del pasado siglo la teoría de que todo producto Sony lleva integrado un temporizador para que, pasado un tiempo determinado, tu cacharro favorito deje de funcionar. Así, según la teoría de la conspiración, el pobre usuario irá a la tienda más cercana, donde se agenciará el último modelo de su marca favorita. El 'Sony Timer' vuelve a cosechar otro éxito para la empresa.
En un giro de tuerca (en estas cosas los límites nunca son los que parecen) hay quienes mantienen que el 'Sony Timer' no es un temporizador, sino un receptor. Por lo tanto, cuando el mandamás de turno considere que el incauto cliente ha disfrutado demasiado de su reproductor de DVD, apretará un botoncito y? ¡plof!
¡No sin mi tarjeta!
Esperar en un aeropuerto a que todo el mundo pase por el detector de metales y desesperarse es todo uno. Hay que vaciarse los bolsillos de todos los objetos que llevamos y, si hacemos caso de la leyenda, retirar las tarjetas de memoria de nuestras cámaras fotográficas y de vídeo, ya que los rayos X podrían dañarlas y borrar su preciado contenido.
Tenemos buenas noticias. Es mucho peor dejar los aparatos electrónicos olvidados en el salpicadero del coche al sol que pasarlos por los rayos X. Así que, la próxima vez que llegue al control del aeropuerto pase su cámara, mp3 o su móvil última generación sin ningún miedo. Seguro que las colas que se forman serían un poco menos tediosas y largas.
El PIN chivato
Una de las lacras de la era moderna son los correos electrónicos en cadena. Ya es molesto encontrarte cada día con el molesto 'spam', pero peor es ver como, día sí día también, nuestros contactos nos envían emails advirtiéndonos, siempre según fuentes de toda solvencia, de que el fin del mundo está más próximo de lo que pensamos. Los 'hoax', que así se llaman este tipo de correos, abordan todo tipo de temática, siempre apuntando a la fibra sensible o a los miedos del destinatario; su finalidad: que lo reenvíes a tus contactos para poder robar sus direcciones y revender esos datos a empresas dedicadas a distribuir publicidad. Es decir, el 'spam' se alimenta de 'spam' y buenas intenciones.
Uno de los últimos bulos alude a un temor que toda persona tiene: ser atracado en un cajero automático. El correo electrónico, tras citar 'fuentes policiales' y un programa de televisión pero sin dar su nombre, asegura que si introduces el número PIN de la tarjeta al revés, el sistema te dejará acceder de forma normal a las funciones del cajero a la vez que envía una notificación a la policía. Así, la integridad del atracado está a salvo y el malhechor acaba entre rejas.
La noticia es falsa, evidentemente. Y si tiene usted un número PIN capicúa (cosa por otro lado nada aconsejable), ya se habrá dado cuenta todas y cada una de las veces que haya sacado dinero.
Cáncer, infarto e impotencia
Tres enfermedades asociadas desde hace años a la tecnología son el cáncer, la impotencia y los problemas de corazón. Cada nuevo avance conlleva una amenaza. El 'hit' de los dispositivos más peligrosos es el teléfono móvil que, según dónde y cómo lo utilices, podrá provocar una u otra dolencia.
"Las evidencias científicas actuales indican que es improbable que la exposición a campos de RF, como los emitidos por los teléfonos móviles y sus estaciones base, induzca o produzca cáncer", asegura la Organización Mundial de la Salud. En el mismo sentido se han manifestado otros organismos, como la Asociación Americana del Corazón acerca de la posibilidad de que estos aparatos puedan provocar un infarto. La conclusión es que ni siquiera en personas que usen marcapasos provocará algún tipo de problema.
La tercera dolencia en discordia es la impotencia que, si hacemos caso a lo que se dice, puede ser provocada por utilizar el ordenador durante muchas horas, sobre todo si es portátil. Tampoco en este caso hay ningún estudio que demuestre una relación directa entre la impotencia masculina y el estar horas y horas delante del PC.