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Aerolíneas

Iberia sólo estudiará ofertas que superen los cuatro euros por acción

La venta de Iberia se enfría. Fuentes del núcleo duro de accionistas españoles han confirmado que si no existe una oferta que asegure los cuatro euros por acción ni tan siquiera van a autorizar que se inicie el proceso de venta con la apertura de los libros de la aerolínea.

Iberia sólo estudiará ofertas que superen los cuatro euros por acción
Iberia sólo estudiará ofertas que superen los cuatro euros por acciónCinco Días

El consejo de Iberia no autorizará la apertura de los libros de la compañía si la oferta que se les presenta para lanzar una opa por el 100% de sus acciones no se sitúa en cuatro euros por acción o en una cifra que sea superior.

Fuentes de los dueños españoles que constituyen lo que se denomina el núcleo duro han asegurado que Iberia es una de las aerolíneas más saneadas del panorama mundial en este momento y que ninguno de los accionistas se enfrenta a una situación de necesidad perentoria de liquidez que les coloque en ¢posición malvendedora¢.

El núcleo duro español está compuesto por Caja Madrid (9,6% de las acciones), BBVA (7%), Logista (6,4%) y El Corte Inglés (2,9). Junto a ellos, como socio industrial y con pactos accionariales vinculantes, se encuentra la aerolínea British Airways (9,9%).

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CONSULTA LA COTIZACIâN DE IBERIA

Durante la jornada de ayer las acciones de la compañía volvieron a caer un 1,08% para situarse al final de la sesión en 3,68 euros por cada título.

De manera oficial fuentes del único consorcio que ha presentado una carta para avisar de su intención de formular una oferta por el 100% del capital a un precio de 3,6 euros por acción han señalado que se mantienen los contactos con el consejo y que todavía no dan por cerrado el proceso. En su opinión, lo que ocurra en los días que quedan de este mes de julio ¢será definitivo¢.

Sin embargo, entre algunos de los socios del grupo comprador, el pesimismo sobre las posibilidades de reconducir del proceso es el sentimiento dominante. El consorcio está encabezado por la empresa de capital riesgo TPG, por la aerolínea British Airways y por los fondos españoles Quercus, Vista e Ibersuizas.

Depreciación

La fuentes citadas de los dueños españoles de Iberia han señalado que la decisión de no abrir los libros de la compañía si la oferta económica no es de la cuantía indicada y si el ofertante no presenta un plan industrial sólido con accionistas que lo respalden en el largo plazo se justifica en dos razones principales.

La primera, que hacer lo contrario ¢sólo serviría para depreciar el valor de la compañía en un proceso de venta que se presenta cada vez más largo y complejo¢. La segunda, que el mercado ¢recibiría tal decisión como un mensaje neto de que ni siquiera los accionistas españoles confían en las posibilidades que tiene Iberia de jugar un papel relevante en el panorama de consolidaciones del sector de la aviación mundial que se avecina¢.

Los dueños españoles consideran que en todo este proceso ha quedado muy debilitada la posición de British Airways. Las posibilidades de que pueda llegar a controlar Iberia por la vía del triunfo de la opa del consorcio comprador en el que está incluido parecen cada díamás alejadas. Si el actual estatus accionarial se mantiene durante un periodo prolongado de tiempo sus expectativas no mejoran; las posibilidades de que pueda seguir manteniendo la preeminencia de la última década como socio industrial parecen haber quedado seriamente dañadas.

Fuentes de las centrales sindicales que representan a los trabajadores de tierra de la compañía han resaltado que los trámites para acelerar el completo acuerdo del convenio colectivo se han visto reforzados.

La dirección de Iberia ha vuelto a poner en un lugar prioritario de su agenda la necesidad de ampliar la flota de largo radio de la compañía. Esta medida es urgente si se quiere reforzar los servicios y los destinos en los mercados prioritarios de Latinoamérica y de Estados Unidos, tal y como exige la creciente demanda.

El equipo del presidente de Iberia Fernando Conte ha iniciado los trámites para adquirir siete nuevos aviones Airbus 340, desechando la opción de comprar su hermano gemelo el A-330.

Las dificultades del capital riesgo para triunfar

Que TPG o Apax, dos de las principales sociedades de capital riesgo del mundo, logren adquirir Iberia es difícil de creer. Principalmente por dos razones: la primera es que la aerolínea española, según fuentes conocedoras del proceso, aguarda la llegada de una oferta de un consorcio integrado únicamente por socios industriales españoles. Las mismas fuentes explican que, por otro lado, algunos de los accionistas actuales de Iberia, entre ellos el Corte Inglés, Caja Madrid o BBVA, podrían tener interés en permanecer en el capital de la aerolínea española junto con otros socios del país. Algunas de las principales fortunas españolas estarían, según las fuentes consultadas, evaluando la posibilidad de formar parte de ese consorcio. El nombre de Manuel Jove, que el pasado año acordó la venta de Fadesa a Fernando Martín por un precio incluso superior al valor bursátil de Iberia, suena con fuerza, a través de la firma de inversión Gala Capital, en la que también participa Alicia Koplowitz. La segunda razón está más cargada de subjetividad, pero es apuntada por expertos del sector: ¿va a permitir el gobierno español que una firma de capital riesgo adquiera una compañía tan ligada a la identidad española del siglo XX? En un mercado perfecto, la participación del Gobierno en este tipo de operación debería estar de más. Pero la polémica creada en torno a los roces políticos de la opa sobre Endesa o el recuerdo de cómo France Télécom se hizo con Amena (en un concurso en el que inicialmente y hasta dos días antes de anunciarse la venta al operador galo sólo estaban presentes sociedades de capital riesgo), inunda de escepticismo las posibilidades de que el capital riesgo se haga con Iberia.

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