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Demografía

La inmigración eleva la natalidad a tasa desconocidas desde 1991

El constante aumento de población inmigrante ha disparado la tasa de natalidad en España. En 2006, el número medio de hijos por mujer se ha elevado a 1,37, el máximo desde 1991. El crecimiento vegetativo (nacimientos menos muertes) se situó el año pasado en 109.835, el máximo desde 1988.

Corría el año 1976. En ese ejercicio España tenía el segundo indicador coyuntural de fecundidad más alto de la Unión Europea (EU15), el índice que mide el número medio de hijos por mujer en edad fértil. Sólo le superaba Irlanda. A partir de ahí, comenzó también su transición demográfica, y este índice comenzó a conocer una caída en picado que tocó fondo hace once años, en 1996, cuando España llegó a ocupar la última posición de la lista, con un parco 1,16 hijos por mujer.

Pero aquel 1996 también queda muy lejos, y la profunda transformación que el país ha vivido en esta última década hace que aquella España se parezca muy poco a la que ha conocido la explosión del fenómeno inmigratorio.

Fue, en todo caso, gracias a este fenómeno -sin duda el más importante que ha sufrido el país en su historia reciente- cómo el indicador español ha podido recuperar sus posiciones en el entorno europeo y lograr auparse en 2005 al decimoprimer lugar, aunque únicamente por delante de Alemania, Grecia, Italia y Eslovenia. Pero hay más, según los datos publicados ayer por el INE, esta España de 45,4 millones de habitantes (10% de extranjeros) ha conocido en 2006 un incremento vegetativo (nacimiento menos defunciones) de 109.835 habitantes, un 'empujón' más que considerable en comparación con los 79.016 nuevos españoles que entraron en los datos demográficos un año antes. Un último 'empujón' que responde tanto a la evolución negativa de la tasa de defunción (ha pasado de 8,93% a 8,42%), por un lado, como, principalmente, al aumento en la tasa de natalidad: de 10,75% a 10,92% en 2006.

Baste apuntar, para ser conscientes del dato, que España no conocía un crecimiento vegetativo superior a los 100.000 habitantes desde 1988, nada menos que 19 años. A partir de entonces, igual que ocurriría con la natalidad a principios de los 1990, el crecimiento de la población fue cayendo de manera paulatina, hasta que conoció una evolución al alza que tuvo su punto de inflexión en 1998. Con la llegada de los inmigrantes.

Ayer mismo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba en el Congreso de los Diputados una paga extraordinaria 2.500 euros para cada familia que decida tener un nuevo hijo, con el objetivo de elevar aún más la tasa de fecundidad en España. A pesar de que en el año 2006 ha llegado a 1,37 hijos por mujer (el máximo desde 1991), se encuentra aún lejos del 1,52 de la media de la UE.

Más nacidos

Todo ello, a pesar de que está elevándose el número de nacimientos progresivamente.

En 2006 se registraron 481.102 según el INE, una cifra que no se producía desde los primeros años de la década de los 1980.

El 16,46% de los nacimientos el pasado año fueron por parte de mujeres no nacidas en el país. Por nacionalidades, las mujeres marroquíes se sitúan a la cabeza de los mismos, con el 21,73% de éstos, y a pesar de que las mujeres ecuatorianas siguen conformando el colectivo más numeroso. æpermil;stas supusieron, no obstante, el 11,37% de los nacimientos de madre extranjera, seguidas por las mujeres rumanas (10,95%).

Andalucía, la de mayor crecimiento

Por comunidades autónomas, las tres que registraron un mayor crecimiento vegetativo en términos absolutos en el pasado año fueron Andalucía (con 32.936 habitantes más), Madrid (con 31.290) y Cataluña (con 23.630).Dentro de ellas, en el desglose por ciudades, Barcelona acapara para sí un crecimiento de 18.102, mientras que a Madrid -con una periferia más desarrollada en la que, tradicionalmente, se vienen asentando los inmigrantes- le corresponde sólo 12.568 del total de la región; casi lo que creció toda la Comunidad Valenciana (13.426). Sevilla es, por su parte, la tercera ciudad con mayor crecimiento vegetativo del país, con 8.626 nuevos habitantes.En el extremo opuesto se sitúan, precisamente, las comunidades de tradicional carácter migratorio.Galicia, con una pérdida de 7.906 habitantes en un año, es la comunidad que ocupa la última posición de las cifras hechas públicas ayer por el INE. La siguen de cerca Castilla y León, con una caída de 5.888 personas, y Asturias, con una evolución negativa de 4.619.Las tres son, sin duda, las más descolgadas de la lista, con una diferencia de 3.981 con respecto a la siguiente, Aragón (638 personas menos en 2006). Cantabria, con un decrecimiento de 458 cierra el grupo de las cinco autonomías que perdieron peso demográfico. Es decir, de las que apenas reciben inmigrantes.

España, el país más viejo de la UE

La esperanza de vida en España se mantiene a la cabeza -junto con Suecia- de toda la Unión Europea. Ambas alcanzan la cima de los 80,5 años, según los últimos datos del INE. En el caso español, se distribuye en 77,2 años para los hombres y 83,8 para las mujeres.Por regiones, Navarra, Castilla y León, Madrid y La Rioja son las que cuentan con una población más envejecida.

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