Eiffage: las espadas en alto
Se le tomaba por un león dormido y la fiera ha decidido mostrar los dientes. Es lo que se decía en los mentideros a modo de comentario de la decisión de la AMF regulador del mercado francés de mandar a Sacyr a sus asuntos en el caso Eiffage. En un tiempo récord (...) el regulador ha señalado la operación de concertación de Sacyr y sus acólitos, frenados en su voluntad, juzgada manifiesta, de tomar a buen precio el control de Eiffage.
La decisión de la AMF ha sorprendido a los que consideran al órgano de control de los mercados como una institución pusilánime, dormida y garante de los privilegios de los poderosos. Primero, por su sentido -es la primera vez que identifica tan claramente una acción de concertación y sus límites-, pero también por la modalidad de su acción, ya que bloquea, de manera espectacular, una operación financiera ya comprometida (...).
Ciertamente, algunos no perderán la ocasión de hacer valer que todo esto huele a buen patriotismo económico, y que si Sacyr hubiera sido francés la institución se habría mostrado menos reivindicativa (...). Mientras tanto, esta fuerte toma de posición llega en el momento preciso para Michel Prada presidente de la AMF que intenta en vano obtener del Gobierno un refuerzo de sus poderes sancionadores. Con un argumento de choque final: no se puede pedir a un regulador que haga respetar la ley si, como sucede a menudo, cada sanción que impone es contestada y deshecha por la justicia.
François-Xavier Pietri, en La Tribune, París