UMTS, un galimatías fiscal
El desarrollo en Europa de la tercera generación de la telefonía móvil (UMTS) pasó de ser una de las mayores oportunidades tecnológicas de la UE a ser una incógnita. Varios factores han contribuido a ello, pero una de las causas fue el impacto sobre las empresas de la ambición recaudatoria de varias capitales que, siguiendo la estela del ministro de Finanzas y a partir de hoy primer ministro británico, Gordon Brown, decidieron subastar el espectro radioeléctrico para los nuevos servicios. Las compañías picaron, atraídas por potenciales ingresos multimillonarios. Y la puja, sólo en Reino Unido, superó los 32.000 millones de euros por cinco licencias que han dado poco más que quebraderos. Ahora intentan recuperar, al menos, el IVA que, presuntamente, abonaron en su día. Ni siquiera eso les reconoce el fisco. Los jueces comunitarios decidirán hoy quién tiene razón. Sea cual sea el veredicto, queda claro que los poderes públicos actuaron con una extraordinaria cortedad de miras.