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Adjudicaciones

Navantia y las claves del éxito en Australia

Navantia logró la semana pasada su mayor éxito internacional tras adjudicarse los concursos que le permitirán participar en los proyectos de mayor calado de la Armada australiana: el diseño de tres fragatas, por un lado, y la construcción de dos buques anfibios, por otro. Unos programas que costarán 11.000 millones de dólares australianos (6.937 millones de euros), frente a los 8.000 millones (5.045 millones de euros) presupuestados inicialmente. La empresa española espera hacerse con un 18% del total, es decir, con 1.200 o 1.300 millones de euros.

Las claves del éxito de los astilleros públicos españoles en Australia podrían resumirse en tres palabras: sinergias, plazos y precio. Tres elementos que ha tenido muy en cuenta el Gobierno de Camberra, entre a otros, a la hora de decantarse por las ofertas que defendía Navantia. Y a los que hay que añadir la intensa campaña de relaciones desarrollada por la Armada y la empresa española, que culminó con la visita de la fragata Álvaro de Bazán a los antípodas el pasado mes de marzo.

El tema de las sinergias ha sido definitivo. Oficialmente, el Ministerio de Defensa australiano ha asegurado que, durante la valoración de las ofertas, no ha evaluado los costes y beneficios de unificar los dos programas de construcción naval. Sin embargo, una vez cerradas las adjudicaciones ha reconocido que el Gobierno 'decidió considerar las propuestas sobre los buques anfibios y sobre las fragatas de forma conjunta' para asegurar los mejores resultados para las Fuerzas Armadas y para la industria del país. Navantia era la única empresa que había llegado a la final de los dos concursos, haciendo frente a la estadounidense Gibbs & Cox en el de las fragatas y a la gala Armaris, en el de los anfibios.

El precio y los plazos de entrega también han desempeñado un papel importante, sobre todo en el caso de las fragatas, que Navantia se encargará de diseñar a partir de las F-100 españolas, garantizando también transferencia tecnológica y servicios de mantenimiento. Según el Ministerio de Defensa australiano, la propuesta española es hasta 1.000 millones de dólares locales (630,8 millones de euros) más económica que la de su rival y garantiza que la Armada del país reciba los buques cuatro años antes.

Unas ventajas que han pesado más que los problemas que planteaba el diseño español, con sólo 48 lanzaderas de misiles y un hangar de helicópteros frente a las 64 lanzaderas y los dos hangares del modelo estadounidense.

En el programa de los buques anfibios, en que Navantia tiene como socio local al contratista militar Tenix, el precio no ha sido tan determinante como el hecho de que el modelo ofertado, basado en el Buque de Proyección Estratégica español, desplaza mayor tonelaje, lo que da mayor cabida para tropas y vehículos.

En ambos contratos, además, se ha tenido en cuenta la compatibilidad de los sistemas de combate de los buques propuestos con los del resto de la flota australiana (las fragatas Anzac, por ejemplo) y sus aliados, en especial Estados Unidos.

La cartera de pedidos se eleva hasta 6.800 millones

Los contratos logrados en Australia permitirán a Navantia elevar su cartera de pedidos a una cifra récord cercana a los 6.800 millones de euros, frente a los 5.522 millones actuales.El grupo no puede contabilizarse los nuevos encargos hasta que firme de manera oficial los contratos, que ahora comienzan a negociarse para cerrar los detalles finales de precios y reparto de tareas entre las empresas implicas. Navantia espera poder firmar durante los meses de verano o, como muy tarde, en septiembre, antes de que en Australia se inicie el periodo preelectoral previsto.El programa de buques anfibios le reportará 900 millones de euros y carga de trabajo (hará el 80% de los barcos), mientras que los ingresos por el diseño de las fragatas rondarán los 300 o 400 millones.

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