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CincoSentidos

El peor enemigo de un bufete

El peor enemigo de un bufete
El peor enemigo de un bufeteCinco Días

Haciendo gala de una fina dosis de ironía británica, Eduardo Ramírez Medina se define a sí mismo como 'el hombre que dice no'. Efectivamente, como vocal del consejo de administración de Cuatrecasas y delegado para conflictos de interés del bufete, Ramírez es un hombre obligado a decir no varias veces por semana: exactamente cada vez que surge un conflicto de interés que obliga a la firma a rechazar un asunto o a un cliente. 'Solemos ver entre 10 y 18 posibles conflictos a la semana, pero únicamente entre un 20% y un 30% son reales y se rechazan', explica.

Cada vez que un abogado de Cuatrecasas recibe a un nuevo cliente o un nuevo asunto de un cliente antiguo debe rellenar una ficha informática que se muestra en los ordenadores del resto de los letrados. Si en 24 horas nadie alza la voz, el asunto se acepta; si, por el contrario, algún letrado plantea una objeción, entra en escena el Comité de Admisión de Asuntos y Conflictos de Interés. Presidido por Ramírez e integrado por siete vocales, el comité examina el asunto y decide en consecuencia.

Algunos de estos conflictos son deontológicos -cuando a una firma se le pide que represente a una parte y a su contraria en una compraventa, por ejemplo-; en muchas ocasiones, sin embargo, son comerciales. 'El supuesto clásico es cuando se nos solicita que actuemos contra un cliente. Es un conflicto comercial y rechazamos esos asuntos cuando se trata de un gran cliente. En la firma puede haber un centenar de clientes protegidos; no valoramos sólo su factura, sino su fidelidad al bufete', explica Ramírez.

En Cuatrecasas examinan de 10 a 18 posibles conflictos a la semana

A veces, por razones de imagen, los despachos rechazan algunos casos

'Soy el socio con más clientes del despacho: exactamente 1.700, tantos como abogados tenemos'. La definición es de José Ramón Martínez, socio de Mercantil de Garrigues y máxima autoridad de la firma en materia de conflictos de interés. 'Yo siempre digo que hay algo peor que encontrarse un gusano en una manzana: encontrarse medio', explica en alusión a las dificultades que puede suponer el estallido de un conflicto de interés en medio de una operación. 'El cliente puede pensar que no estás siendo leal, que tienes el corazón dividido o que haces lo que no debes, y eso es muy perjudicial para los despachos'. En Garrigues la responsabilidad de dar la voz de alarma sobre un posible conflicto parte de socios y asociados, que disponen de una gran base de datos con la que deben contrastar cualquier nuevo asunto o cliente. En caso de que haya algún indicio de conflicto, se comunica, y Martínez, que preside un comité de cuatro miembros, se encarga de resolverlo.

En Baker & Mckenzie, el proceso tiene una dificultad añadida: la multiplicidad de normas que se aplican en cada uno de los 38 países en que la firma tiene presencia. 'Hemos invertido tiempo, dinero y esfuerzo, y desde hace años disponemos de una potente base de datos que se actualiza diariamente, en la que podemos comprobar en tiempo real los asuntos que se están llevando y se han llevado para cualquiera de nuestros clientes en cualquier lugar del mundo', señala José Antonio Arcila, socio del bufete y responsable de conflictos de interés. En Baker & Mckenzie existe un método de prevención anticipada articulado a través de un sistema de alerta, que se hace efectivo entre los socios de la firma. 'Todos los días se hacen circular a cientos de socios de la firma varias alertas de posibles conflictos ', afirma Arcila.

El tamaño es un handicap evidente a la hora de detectar este tipo de dilemas. 'Prevenir los conflictos en un despacho pequeño es fácil. En los grandes, como el nuestro, supone ya una organización. Nosotros utilizamos el chequeo por correo electrónico cuando se recibe a un nuevo cliente o un nuevo asunto de un cliente que ya lo es, y lo enviamos a todos los letrados', explica Joaquín García Romanillos, socio responsable de dirimir conflictos de interés en Gómez Acebo & Pombo. Y lo hace con criterios firmes. 'Cuando dos clientes nos encargan el mismo asunto en dos lados, prima el primero que llega. En otras ocasiones, a ciertos clientes se les aplica el criterio del cliente más antiguo', aclara. A veces, añade, el problema tiene un origen comercial y se resuelve como tal. 'Hay ocasiones en que por razones comerciales o de imagen a los bufetes no nos interesa coger determinados asuntos', concluye.

Los responsables de decidir si se acepta o se rechaza un asunto conflictivo

 

Joaquín García- Romanillos. Socio de Gómez Acebo & Pombo

'Los conflictos de interés son algo habitual en los despachos de abogados. Y cuanto más grande eres como firma más habituales resultan'

José Antonio. Arcila Socio de Baker & Mckenzie

'Cuando surge un conflicto en nuestra firma aplicamos la norma que más protección ofrezca al cliente, sea ésta cual fuere'

José Ramón Martínez. Socio de Garrigues

'Sólo hay dos recetas para resolver estos problemas en los despachos: sinceridad y honradez, y transparencia frente al cliente'

Eduardo Ramírez Medina. Socio de Cuatrecasas

'Tenemos que dedicar seis o siete horas a la semana, además del trabajo habitual en el bufete, a resolver este tipo de asuntos'

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