El acertijo constitucional
Los viejos tratados nunca mueren. æpermil;sta parece una conclusión clara para dirigir los esfuerzos de los líderes de la UE, que se reúnen esta semana en una cumbre para preparar una versión adelgazada del borrador constitucional originalmente firmado en 2004 (...). Esta constitución fue rechazada por los votantes de Francia y Holanda en referéndum a mediados de 2005. La alemana Angela Merkel, titular de la presidencia de la UE, ha hecho del acuerdo sobre un nuevo Tratado su prioridad número uno. Esto refleja la frustración de los 18 países que han apoyado el Tratado Constitucional (más cuatro que están listos para hacerlo) y han sido frenados en su camino por otros cinco: los dos rechazantes más Reino Unido, la República Checa y Polonia (...).
Un Tratado minimalista podría molestar tanto a los maximalistas como a los euroescépticos. El primer grupo, francamente, debería estar agradecido de obtener cualquier cosa después de los votos del no en 2005. Los euroescépticos (...) también harían bien en aceptar un tratado minimalista (...). Después de la marcha del francés Jacques Chirac, y, dentro de poco, del británico Tony Blair, la UE tendrá unos nuevos líderes. Sería bueno para ellos afrontar los problemas reales del continente, sin mantener discusiones sobre sus instituciones.