El cambio climático, estrella de los cursos de verano
Más de 100.000 personas pasarán este año por 80 campus españoles. Medioambiente y temas sociales, los más demandados
Si por algo se caracterizan los cursos de verano es porque toman el pulso a la actualidad. Y este año los temas calientes que se abordarán en los campus estivales son el cambio climático, los asuntos medioambientales y sociales, como la ley de Dependencia, el fenómeno de la inmigración, el terrorismo, el acoso escolar o el papel de las ONG. 'Pero el cambio climático es uno de los que más expectación provoca este año', asegura Juan Ferrera, director de los cursos de verano de la Universidad Complutense. En esta idea también coincide Xavier de las Heras, vicerrector de docencia y estudiantes de la Politécnica de Cataluña: 'Está de moda porque son temas que generan interés, sobretodo lo que tiene que ver con el medioambiente, el futuro de la energía o los cultivos alternativos'.
Salvador Ordóñez, que este año se estrena como rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), destaca que 'la programación refleja los problemas que preocupan a la sociedad española'. La lección magistral será toda una declaración de intenciones: Mario Soares, ex presidente de Portugal y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, razonará sobre el nuevo orden mundial para el tercer milenio, ponencia basada en la carta que un grupo de intelectuales envió al nuevo secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
Pero no son los únicos temas porque el abanico de cursos es amplio y la temática generosa. Prácticamente todas las universidades, 70 en total, abren 80 campus de verano o trasladan sus aulas a otros espacios de interés turístico. Es el caso, por ejemplo, de la Universidad de Santiago, que reparte su oferta entre los campus de Compostela y Lugo, pero también disponen de aulas repartidas por diversas poblaciones gallegas o portuguesas como Vilagarcía de Arosa, Caldas de Reis, Foz, Catoira o Seoane do Caurel. Porque, según explica el vicerrector de cultura de esta universidad, Elias J. Torres, además de para actualizar conocimientos, los cursos de verano sirven para conocer nuevas personas y crear sinergias de cara al futuro, pero además son momentos de disfrute estival en un clima y con una programación cultural francamente atractivas'. La Universidad Politécnica de Cataluña ofrece más de 60 actividades en Barcelona, en Berga y en Vilanova i la Geltrú.
Más de 2.000 cursos, talleres, conferencias, mesas redondas y seminarios, destinados a unos 100.000 asistentes, entre estudiantes y profesionales, se ofrecerán entre este mes y septiembre. La Universidad Complutense dará el próximo día 25 el pistoletazo de salida de sus cursos en El Escorial, que este año llega a su vigésima edición, con una lección inaugural del escritor Eduardo Mendoza sobre Humor, literatura y modernidad. A partir de ese momento y hasta el 10 de agosto, la localidad madrileña será un trasiego de ir y venir de personalidades de todas las disciplinas, entre las que destacan el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, la bióloga Margarita Salas y el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina. Los talleres contarán con la presencia, entre otros, de la fotógrafa Ouka Leele, el escultor Julio López o el tenor grancanario Suso Mariategui. Según las previsiones, se espera que pasen por estas aulas unos 2.000 conferenciantes y alrededor de 6.000 alumnos, de los cuales más de 1.500 serán becados por la Universidad Complutense.
Lo que cobran
La Fundación Complutense paga 433 euros por las conferencias, 217 euros por las mesas redondas y 3.000 euros por los talleres de una semana de duración. Toda esta programación tiene un coste aproximado de 4,6 millones de euros, obtenidos principalmente del principal patrocinador, Caja Madrid, y de un centenar de instituciones y empresas públicas y privadas.
En los cursos de verano se vuelcan sobretodo las cajas de ahorros, que suelen financiar las actividades que se organizan en sus respectivas ciudades. Otra de las entidades más activas en este sentido es el Santander, que a través de su división Global Santander Universidades, destina cada año 1,5 millones de euros al patrocinio de los cursos de verano de las universidades Politécnica de Madrid, de Burgos, de La Rioja, de Valladolid, de Córdoba, Cardenal Herrera CEU y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), así como a la Escuela Complutense de Verano y los cursos magistrales que se imparten en el periodo estival la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Esta última universidad, desde su creación ha multiplicado por cincuenta el número de estudiantes. Alrededor de 8.000 profesores participarán en los 155 cursos que se impartirán del 18 de junio al 14 de septiembre. En total, 61 encuentros, 37 seminarios, 16 cursos de formación del profesorado y 11 cursos magistrales, entre otras actividades. La UIMP paga alrededor de 400 euros a sus invitados. Según el rector, Salvador Ordóñez, ninguno de los participantes pide cantidades desorbitadas. 'Esta universidad tiene mucho prestigio. Para los ponentes es un privilegio. La historia intelectual del siglo XX se ha escrito aquí'.
Entre las universidades, así lo asegura José Ignacio Albentosa, vicerrector de extensión universitaria de la Universidad de Castilla-La Mancha, no existe competencia a la hora de atraer a figuras a los cursos de verano. Esta institución, que ofrecerá una treintena de cursos, contará con la presencia del Premio Príncipe de Asturias Santiago Grisolía. 'Las grandes personalidades han asumido que entre sus obligaciones se encuentra contribuir al prestigio de la Universidad', señala Albentosa. Los honorarios del científica están en sintonía con el resto del elenco académico de los campus de verano.
Por su parte, la Universidad Pablo de Olavide, que organiza desde hace un lustro sus cursos en Carmona (Sevilla), tiene programadas más de 40 actividades docentes, que abarcan temas tan diversos como la alianza de civilizaciones, el cambio climático, la inmigración, el flamenco o la historia de España a través de la televisión.
En la Universidad de Santiago la novedad es cuantitativa, sin mermar la calidad, ya que el número de cursos crece de los 20 de 2006 a los 31 de este año. Y el abanico de temas, según enumera el vicerrector de cultura, Elias J. Torres, va desde el mercado de trabajo al impacto ambiental pasando por la tecnología y la biosanidad y las humanidades. Sobre la utilidad de estos encuentros académicos, este vicerrector considera que suponen un 'marco excepcional de contacto intenso que, aparte de otras consideraciones, permite conocer nuevas personas y crear a partir de ahí sinergias futuras'.
Estos cursos también pueden ser configurados como créditos de libre configuración. 'Aunque esto no es lo más importante', destaca Albentosa, quien valora la posibilidad de que el alumno descubra temas de investigación e incluso oriente su carrera en este campo'. Por su parte, el director de los cursos de verano de la Complutense, Juan Ferrera, afirma que este tipo de iniciativas favorecen las relaciones personales y profesionales de los participantes, debido al ambiente relajado y de ocio que se respira. En la misma línea opina Francisco Hidalgo, responsable de la programación de la Pablo de Olavide, quien señala que 'al tratarse de una formación complementaria, voluntaria, que se desarrolla fuera de la Universidad, en cursos no masificados, los alumnos acuden con especial interés'.
De lo que se queja el vicerrector de docencia y estudiantes de la Politécnica de Cataluña, es de que cada vez más estudiantes aprovechan el verano para hacer prácticas en empresas y no pueden asistir a estos cursos, que suponen una formación complementaria.
Se trata de facilitar el acceso a los temas de actualidad en un entorno que favorece la convivencia con los profesores que se muestran más abiertos y distendidos. El Palacio de la Magdalena o la Casa Palacio de los Briones en Carmona no admiten tensiones.