El déficit innovador
Los Presupuestos dedican cada año más recursos a I+D+i, pero España sigue sin ganar terreno en la carrera de la innovación. El informe Cotec 2007 sobre tecnología e innovación desveló ayer datos muy desalentadores sobre el compromiso de la industria española con esta materia. El peso de la aportación al gasto español en innovación no sólo no aumenta, sino que disminuye. Este déficit innovador es una enfermedad que parece no tener cura, a pesar de los enunciados políticos, los incentivos fiscales y el caudal de conocimiento científico que atesoran las universidades. Hay mucho por hacer para dar con la fórmula que permita que ese impulso público tenga eficacia y las empresas se convenzan de que el desarrollo tecnológico es esencial para la competitividad y clave del nuevo paradigma de crecimiento basado en la productividad.