El Banco de España pide otra reforma laboral
El Banco de España quiere que el Gobierno acelere el Programa Nacional de Reformas, dotando de más competencia a sectores 'clave' como el energético, las telecomunicaciones y el ferrocarril, haciendo uso de más privatizaciones si cabe. El gobernador desea otra reforma laboral donde se flexibilicen los costes de despido y el sistema de negociación colectiva y cree que la reforma de las pensiones fue poco ambiciosa.
Deberíamos evitar la complacencia'. Esta frase resume el discurso del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ante sus consejeros, al presentar el informe anual de la entidad, el primero que dirige, tras el fin de mandato de Jaime Caruana en 2006. Ordóñez dibujó para este año un panorama muy positivo para la economía española (crecimiento por encima del 3%, superávit fiscal, IPC controlado y fuerte aumento del empleo) pero no exento de riesgos.
En el terreno laboral, reclama un 'marco institucional más adecuado', 'sin perder el logro de la paz social' entre patronal y sindicatos, haciéndose necesario por ello otra reforma laboral, que complete la de 2006. 'A pesar de los avances logrados por las reformas de trabajo siguen existiendo necesidades de mejora en la adecuación del sistema de negociación colectiva a la diversidad de requerimientos sectoriales o a nivel de empresa', comentó. En la práctica se persigue eliminar los convenios provinciales, de referencia para muchos trabajadores, dejando sólo los sectoriales o los que haya en cada empresa.
Las 'necesidades de mejora' laboral las extendió a los 'costes asociados a los contratos indefinidos', en referencia a los costes de despido, algo de lo que los sindicatos no quieren oír hablar y que costó al anterior vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, una marcha atrás en la reforma que planteó durante el último Gobierno del PP.
Además de la laboral, el gobernador se refirió a la poca ambición de la última reforma de las pensiones. 'Las medidas adoptadas sólo avanzan moderadamente en el desarrollo de algunas propuestas de la revisión del Pacto (de Toledo) de 2003, como la aproximación entre las bases de cotización y los salarios percibidos'.
Además, Fernández Ordóñez pidió al Gobierno que agilice lo pendiente del Programa Nacional de Reformas, sobre todo la liberalización de servicios. La eficiencia de la economía 'exige intensificar la introducción de competencia en sectores clave como las industrias en red, las telecomunicaciones, el sector energético y el de transporte ferroviario'. Incluso, recalcó 'avanzar en las privatizaciones allí donde tenga sentido'.
Por lo demás, reclamó al Gobierno central y al resto de administraciones (comunidades y municipios) un esfuerzo presupuestario aún mayor.
Los inmigrantes, colchón para la economía
La afluencia masiva de inmigrantes registrada en España desde el comienzo de siglo ha ayudado a mejorar la riqueza per cápita del país, según Ordóñez. Los extranjeros empadronados se han multiplicado por cuatro desde 2000, hasta los 4,5 millones (10% de la población). Según los cálculos del Banco de España, su impacto sobre el aumento de la renta por habitante entre 2001 y 2005 'fue del 25%'. Así, la cuarta parte de la mejora de la riqueza media en el primer lustro del año se ha debido a la inmigración. En ese plazo, la renta per cápita creció a razón del 1,7% anual. Según el informe anual de la entidad, dos décimas se deben a la mayor población potencialmente activa; un punto, a la mayor tasa de empleo, y medio punto, al aumento de productividad.La inmigración ha influido positivamente en los dos primeros factores, y negativamente sobre el último. La llegada de extranjeros explicaría todo el aumento de población en edad de trabajar de esos cuatro años, y, dada su composición demográfica, contribuyó a la cuarta parte del aumento del empleo.En cuanto a la productividad, el organismo estima en dos décimas anuales la detracción debida a la inmigración, dado que ésta se centra en actividades de baja cualificación. En su discurso, Ordóñez aludió ayer también a los efectos indirectos sobre el mercado laboral, al introducir 'algunos elementos de flexibilidad salarial y un mayor grado de movilidad geográfica'.Ordóñez indicó también que la inmigración está sirviendo 'de colchón' para frenar la desaceleración de la demanda de vivienda. De hecho, este colectivo, está contribuyendo a sostener la compra de viviendas y el consumo privado.
'Precios y costes son mayores que en la UE'
El crecimiento español se está equilibrando, con una menor demanda interna y la mejora del sector exterior, según Fernández Ordóñez que, sin embargo, alertó de la pérdida continuada de competitividad.En su origen se encuentra el hecho de que 'los precios de consumo y los costes salariales, pese a mantenerse moderados, siguen siendo mayores que nuestros competidores de la UE'. Además, las empresas deberán tener en cuenta, a su juicio, el entorno alcista de tipos de interés. 'Es de esperar que el aumento de tipos sirva para que ajusten su inversión a las posibilidades reales de rentabilidad futura', dijo, en clara advertencia a procesos de fusión y adquisición.En cuanto a los hogares, Ordóñez reconoció que su gasto se está ajustando a los tipos más altos pero este ajuste 'aún es limitado', teniendo en cuenta su nivel de endeudamiento.