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CincoSentidos

Aland, el ejemplo báltico

La tranquila isla nórdica, en el pasillo marítimo entre Suecia y Finlandia, constituye un caso singular por su estatus dentro de la Unión Europea y es un destino turístico en auge

Muchos de los barcos que navegan entre Suecia y Finlandia hacen un alto en Aland, a medio camino entre ambos países; la isla más grande de un archipiélago astillado que se prolonga hasta la costa de Turku, en Finlandia. Quienes echan pie a tierra, encuentran un territorio verde y recortado (siempre se ve agua), con casitas de madera pintadas en vivos colores, rojo sobre todo, molinos de aspas, algunas iglesias medievales y restos de fortines, isleños que hablan sueco (aunque son finlandeses) y gozan de un alto nivel de vida y de un humor envidiable.

Una isla algo más grande que Menorca y algo más chica que Mallorca, escoltada por 6.500 islas e islotes con nombre y otros tantos sin él. Una isla relajada, con pocos coches y buenas carreteras, habitada por unos 27.000 isleños que se concentran sobre todo en Mariehamn, la capital (casi la mitad; el resto, en otros 16 municipios, que incluyen 65 islas habitadas). El paro apenas existe (2%) y nadie emigra, al contrario, hay serias restricciones para los muchos que desean instalarse o adquirir propiedades. Una isla, en fin, que tocan cada año más de dos millones de pasajeros.

Pero lo más singular de Aland es su estatus singular dentro de la Unión Europea. Para entenderlo hay que combinar dos factores, el geográfico y el histórico. Aland queda prácticamente unida a la costa finlandesa en el invierno, ya que el sopicaldo de islas que es el Báltico hasta esa costa se hiela y un ejército puede llegar por tierra desde el continente a la isla rápidamente. En cambio, el mismo trecho hasta el litoral sueco ha de hacerse siempre navegando. La isla perteneció a la corona sueca hasta la guerra napoleónica de 1808-1809; entonces Suecia se vio obligada a ceder Aland y Finlandia a Rusia.

Al desintegrarse el imperio zarista en 1917 y adquirir Finlandia su independencia, la recién creada Sociedad de Naciones (luego ONU) cedió a Finlandia la soberanía de una isla que hablaba sueco y se sentía sueca. Se decidió también entonces la desmilitarización y neutralidad de Aland, como garantía para Suecia. Aland, en definitiva, alcanzó una autonomía que muchas regiones europeas contemplan como ejemplo. Posee su propio Parlamento y Gobierno, bandera y sellos propios, y es miembro de la Unión Europea (puesto que pertenece a Finlandia).

Los turistas encuentran una isla que parece sacada de un cuento. En Mariehamn, el Maritime Quarter (puerto antiguo) acoge viejos veleros y casas de color convertidas en museos o tiendas. En Kastelhom está el único castillo de la isla; junto a él, en los Jan Karlsgarden, un museo al aire libre de casas típicas y molinos y un complejo de golf con doble recorrido de 18 hoyos. En Saltvik puede verse la más hermosa de las dieciséis iglesias medievales de Aland, y un festivo mercado vikingo en el verano. Pero la gran atracción es explorar los miles de islas satélites, pescar en ellas o alojarse en hoteles exclusivos donde se resuelven en secreto grandes asuntos financieros, y hasta políticos, quién sabe.

Guía para el viajero

Cómo ir: Aland tiene aeropuerto y línea aérea, que vuela hasta Helsinki o Estocolmo. Pero la manera más placentera y aconsejable de llegar es en barco. La Viking Line, con una flota de siete cruceros que son auténticos hoteles flotantes de lujo, enlaza Suecia y Finlandia todos los días, incluso en invierno cuando el Báltico está helado; de Helsinki a Estocolmo (o viceversa) sale un barco diario al anochecer; desde Turku (Finlandia) sale un barco hacia Estocolmo por la tarde y otro por la mañana; algunos de estos barcos hacen parada en Aland. Ver detalles en www.vikingline.fiAlojamiento y comida: Especialmente recomendable resulta el hotel Havsvidden (situado en el municipio de Geta, al norte de la isla, frente al mar), +358 (9) 18 49408, www.havsvidden.com, paquetes con cena, desayuno y excursión desde 135 euros por persona. También Hotel Arkipelag, en Mariehamn (Strandgatan 31, +358 (0) 18 24020, www.hotellarkipelag.comPara comer, una buena opción es Jan Karlsgarden Inn (junto al castillo de Kastelholm y museo al aire libre), abierto todos los días de abril a octubre, teléfono +358 (0) 18 43947Más información: Aland Tourism Board, teléfono +358 18 24257, móvil. +358 40 728 3330, www.aland.fi y www.visitaland.com

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