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Telecos

Un inversor urge a Vodafone a repartir la mitad de su valor en Bolsa entre los socios

Son los llamados inversores activistas y Vodafone se ha topado con uno de ellos. Su nombre es Efficient Capital y ha planteado cuatro requerimientos para que sean estudiados en la junta del próximo mes. ¿Su objetivo? Reestructurar el capital de la operadora para darle recorrido en Bolsa y repartir entre los accionistas el equivalente a la mitad de su capitalización, unos 56.000 millones. Vodafone ha rechazado las propuestas.

El problema de Vodafone es que vale demasiado. Es la tercera operadora del mundo por capitalización bursátil, tras AT&T y China Mobile, y eso supone que su valor en Bolsa supera los 122.500 millones de euros, una cifra lo suficientemente elevada como para que nadie ose especular con que sea objetivo de una operación corporativa. Y si no hay expectativas, el recorrido al alza de una acción queda limitado, de la misma manera que las ganancias de sus accionistas.

æpermil;ste es el caldo de cultivo que ha llevado a uno de ellos a dar un paso al frente y reclamar mejoras en la estructura del capital de Vodafone que permitan subidas en Bolsa y beneficios para los inversores. Y quiere nada menos que se reparta cerca de la mitad del valor bursátil de Vodafone entre los accionistas. Con su propuesta, los socios podrían recuperar hasta 56.000 millones de euros.

El encargado de formalizar esta petición ha sido el fondo Efficient Capital Structures (ECS), un vehículo creado específicamente con el único objetivo de forzar a las compañías a reestructurar su capital. El presidente de ECS es Glenn Cooper y detrás de la empresa está John Mayo, uno de los ejecutivos que estuvo en Marconi durante los críticos años de 1999 a 2001.

El fondo tiene menos del 0,0004% de Vodafone, que ha rechazado de plano su propuesta

A través de una carta y de un comunicado, ECS ha pedido a Vodafone que incluya en la junta del próximo 24 de julio cuatro propuestas que deberán ser votadas por los accionistas. La de más envergadura pretende que Vodafone libere su participación del 45% en la operadora de móviles Verizon Wireless y la convierta en acciones a repartir entre los inversores, puesto que los gestores no han conseguido sacarle partido dentro de la estructura actual.

ECS también pide la emisión para los accionistas de bonos por 50.000 millones de euros y la obligación para los gestores de Vodafone de pedir permiso a la junta para adquisiciones de determinada cuantía.

Con todo ello, el fondo pretende sacar a Vodafone de su penuria bursátil, en la que ha subido por sistema menos que el principal índice en el que pondera, el FTSE 100 londinense. Y todo 'por una ineficiente estructura del capital', explica la compañía de inversión. Dependiendo de cómo se materialicen las propuestas, se liberarían entre 25.000 y 56.000 millones para los accionistas.

La base legal a la que ECS se aferra para que sus propuestas lleguen a la junta está en la ley de sociedades de 1985. Allí se estipula que las compañías están obligadas a escuchar proposiciones de accionistas que tengan al menos un 5% o si forman parte de un grupo que suma más de 100 inversores. ECS ha conseguido esa segunda parte, puesto que sólo cuenta con 210.000 acciones. El capital total de Vodafone asciende a 52.909 millones de títulos, así que su participación es del 0,0004%.

La tarea que ECS tiene por delante si quiere salir victorioso será dura, entre otras cosas porque Vodafone ya ha rechazado las propuestas. En un comunicado a última hora de la tarde, la operadora rebate una por una las peticiones del fondo y asegura que su actual estrategia será mucho más beneficiosa para los accionistas.

Desconfianza y oportunidad

Mientras Vodafone estudiaba ayer la propuesta de ECS antes de rechazarla, fueron muchos los bancos de inversión y gestores de fondos que cuestionaron el movimiento del fondo de John Mayo.Analistas de Dresdner, Citigroup y Goldman Sachs consideraron poco innovadoras las propuestas de ECS, según las declaraciones recogidas por la agencia Bloomberg, y otros inversores cuestionaron la fuerza que puede tener por su reducido tamaño ante un gigante como Vodafone.Sin embargo, otros gestores alentaron la presencia de inversores activistas para revitalizar las empresas y destacaron las victorias que han conseguido algunos de ellos en los últimos tiempos. La más clara es la de TCI Fund Management, un hedge fund que contaba sólo con un 1% del capital de ABN Amro cuando comenzó a presionar pidiendo cambios en el banco holandés. En estos momentos, ABN tiene encima de la mesa dos propuestas de compra.

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