Fuentes se fue, pero queda su política
El 3 de marzo de 1978 el diario Cinco Días veía la luz por primera vez dedicando su portada a la marcha de Fuentes Quintana del primer Gobierno de Adolfo Suárez y con el nombramiento en Consejo de Ministros del nuevo equipo económico. Ese día, el periódico decano de la prensa económica de este país abría la edición con un lacónico 'Fuentes se fue pero queda su política', elogiando la impronta que había dejado el profesor en el Gobierno reformista de Suárez, poco después de firmarse los históricos Pactos de la Moncloa. Han pasado de esa fecha 29 años, tres meses y cinco días, y este diario repite el titular a modo de homenaje de uno de los principales artífices de las reformas económicas del siglo XX en España y cuya estela aún perdura entre los responsables de la administración y los servicios de estudios, tanto oficiales como privados.
Enrique Fuentes Quintana murió el pasado martes por la noche, día 6, dejando tras de sí 83 años de historia económica en los que influyó sobremanera desde sus múltiples cargos en la política y el mundo académico y sin que lo pueda borrar el alzheimer que le ha provocado su muerte. Todos los que son o han sido conductores de la vida económica española coinciden en recordarle, sobre todo, como el gran artífice de los Pactos de la Moncloa. De hecho, fue el redactor del proyecto que se gestionó en el breve periodo en que ejerció como vicepresidente económico del Gobierno, desde julio de 1977 a febrero de 1978. En ese momento, la democracia en España aún balbuceaba y necesitaba un ajuste económico de calado para intentar controlar la rampante inflación, el déficit exterior y la destrucción masiva de empleo.
Confesiones
'A los pocos días de llamarme al Gobierno, Suárez y yo tuvimos una larga conversación que llegó hasta la madrugada sobre la situación económica; le dije que no había Reyes Magos y que precisábamos del consenso de todos los partidos para hacer grandes sacrificios; Suárez me contestó que le obligaba a administrar la política más dura que podía concebir; pero logramos el consenso parlamentario para los Pactos', indicó Fuentes Quintana en la última entrevista concedida a Cinco Días en la que recordó su pasado, en especial ese periodo crítico en donde se aprendió a hacer transición económica. Los Pactos, firmados el 25 de octubre de 1977, sirvieron para atajar una inflación que llegó a crecer al 44% (1977), un déficit corriente de 5.000 millones de dólares (astronómico por aquella época) y una tasa de actividad que apenas llegaba al 36% de la población. Entre las recetas aplicadas se situaron un política monetaria más restrictiva, el control a ultranza del gasto público y la ligazón de los salarios a la inflación prevista y no a la pasada. Con todo, Quintana dimitió de ese Gobierno de la Transición por sus discrepancias con miembros del Ejecutivo y tras haber presentado su renuncia a Suárez en varias ocasiones. Sin embargo, se mantuvo activo como consejero de los gobiernos siguientes en el que su compañero Francisco Fernández Ordóñez diseñó la reforma fiscal de 1979. La elección de Suárez para que Quintana comandara los Pactos de la Moncloa la basó en su prestigio como hombre de Estado y forjador de consensos. Economista y abogado, catedrático de Hacienda Pública, participó en su juventud en el plan de Estabilización de 1959 que Franco necesitaba para salir de la autarquía. Por entonces ya se había granjeado el prestigio como jefe del Servicio de Estudios del Ministerio de Comercio (1953) y como coautor del proyecto de reforma del IRPF (1958). Director del Instituto de Estudios Fiscales, su 'informe sobre el sistema tributario' de 1973 puso las bases para que Ordóñez sacara adelante la esperada reforma fiscal, entre 1977 y 1979, que modernizó los impuestos españoles hasta situarlos al nivel europeo.
Años después, en 1981, participó como presidente de la comisión de reforma de la Seguridad Social, en la que se granjeó fuertes críticas de la CEOE. Gran parte de los años de gobierno socialista de Felipe González los pasó en el Banco de España como consejero, hasta 1994, en que entró en vigor la ley da autonomía de la entidad. Tanto Rodrigo Rato (1996-2004) como el actual vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes han utilizado sus consejos de reformas económicas continuas y rigor presupuestario para impulsar la economía.
Maestro de maestros
La pasión académica de Fuentes Quintana lo llevó a compaginar con la política sus clases en la universidad y artículos en revistas especializadas. Durante cuatro décadas fueron alumnos suyos hombres de renombre como el ex presidente de la CEOE, José María Cuevas. Los libros que escribió sobre el sistema fiscal (teoría y práctica) aún se estudian en las universidades, en donde era famoso su espíritu prusiano en la docencia. De hecho, el rigor de sus explicaciones era aplaudido por compañeros suyos que han ocupado cargos de relevancia en la política económica y las instituciones como Juan Velarde, Julio Alcaide y José Barea.
Nunca dejó de publicar. El reconocimiento a toda una vida le llegó en 1989 con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales por su 'estímulo del pensamiento económico, teórico y aplicado'. La Real Academia de Ciencias Políticas y Morales, de la que era presidente, estaba ayer de doble luto. Ha anulado el acto que tenía para el día 12, con la participación del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, otro gigante de la historia.
Sus restos reposarán a partir de hoy en Carrión de los Condes (Palencia) donde nació en 1924, aunque su estela reformista permanecerá en el tiempo, como la prensa ya anticipó hace 29 años.