Millonarios y agricultores, enfrentados a Bush en las alturas
No es algo que suela pasar. ¿Millonarios y agricultores protestando planes fiscales de George Bush? Ocurre desde febrero, cuando el Gobierno y la Administración Federal de Aviación (FAA, en sus siglas en inglés) echaron a rodar una propuesta para cambiar el sistema de impuestos y tasas aeroportuarias actual de tal manera que los aviones pequeños, jets y avionetas, noten una subida en sus deberes fiscales. Empresas como NetJets -del millonario Warren Buffett-, otras como GM -con su propia flota-, o los usuarios de los modelos conocidos Gulfstream -corporativos o de alquiler- pagarán ese mayor cargo. En el campo, donde el transporte aéreo es básico en muchas regiones, temen que también.
Actualmente todos los pasajeros de aerolíneas pagan un impuesto sobre el billete (7,5% del precio) con el que se financia una muy buena parte de un fondo de unos 10.200 millones de dólares con el que la FAA mantiene las operaciones aeroportuarias de EE UU. Pero desde que hace una década se orquestó este método de financiación los precios de los billetes han caído y eso ha rebajado la recaudación cuando más actividad hay en las alturas. Además, esa actividad no viene sólo de los Boeings o Airbus de American Airlines o Delta sino también de los pequeños aviones.
Según la FAA, avionetas y jets generan aproximadamente el 16% de los costes de los servicios de tráfico aéreo y los impuestos que pagan (combustible y billetes de sus escasos pasajeros) sólo sufragan el 3% de los costes. Las grandes aerolíneas suponen el 73% de éstos pero financian el 97% de ellos. La idea del Gobierno es rebajar el impuesto por billete y aumentar el del combustible y tasas de uso de aeropuerto para que las grandes aerolíneas y sus clientes rebajen su cuenta con el fisco de los 7.680 millones actuales a 6.000 y que los jets y avionetas aporten más a la caja.
En una intervención ante la Cámara de Comercio en abril, Marion Blakey, administrador de la FAA, explicaba que con el actual sistema el Gobierno recauda 2.015 dólares en impuestos cada vez que un Boeing 757 va del aeropuerto de La Guardia (Nueva York) a Miami. Un Gulfstream pagaría 236 dólares por la misma ruta. Con la reforma se espera que el Boeing pague 1.298 dólares y el Gulfstream 837.
En la FAA admiten que una avioneta no genera la misma carga de trabajo o solicita los mismos servicios que un Boeing 757, sobre todo si no usa uno de los 30 mayores aeropuertos del país, pero el coste de tener en el radar del controlador de un gran aeropuerto a un Gulfstream o un Boeing es el mismo. Las tasas no se aplicarían en pequeños aeródromos.
El cambio es necesario porque actualmente es 'como si las vacaciones de una familia de cuatro subsidiaran el vuelo de un consejero delegado', según la FAA. Blakey aseguraba que no es que quieran una rebaja fiscal para las aerolíneas, sino que haya menos subsidios para el resto.
En la National Business Aviation Association, que representa a 8.000 operadores de jets privados y otros aviones, creen que si el modelo de financiación cambia, muchas empresas no sobrevivirán por lo que están haciendo una intensa campaña de lobby en el Congreso para evitarlo.