El Gobierno valenciano echa al fundador de Kelme para que entren nuevos socios
El Instituto Valenciano de Finanzas, entidad pública de la Generalitat Valenciana que tutela desde hace cinco años la empresa Kelme, ha forzado la salida del fundador, Diego Quiles, de la presidencia como paso previo a la entrada de nuevos socios.
Kelme atraviesa un momento clave para su supervivencia. Tras cinco años con la tutela del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), organismo público dependiente de la Generalitat Valenciana, la que fuera primera empresa española de material deportivo, sigue inmersa en una crisis que puede vivir un nuevo episodio en las próximas semanas que tiene como prólogo la salida del fundador de la compañía, Diego Quiles Navarro, de la presidencia y del consejo de administración. La marcha de Quiles ha sido impuesta por el IVF, y se enmarca en un proceso iniciado en 2002 cuando el organismo público aceptó salvar a la compañía de la crisis, avalando una serie de préstamos por valor de 24 millones, a cambio de imponer una gestión profesional.
El puesto de presidente lo ocupará Benjamín Clarí Oltra, hasta ahora consejero delegado de la empresa. Clarí, ex presidente de Adidas Iberia, fue nombrado a instancias del IVF como máximo directivo de la compañía en noviembre del año pasado, y ahora toma el relevo de Quiles en la presidencia. La empresa se limitó ayer a confirmar el cambio sin entrar a valorar más detalles.
Según fuentes del IVF, al apartar a la familia fundadora -y aún propietaria real de la empresa- se pretender franquear la entrada de nuevos socios en la compañía. 'En las próximas semanas se podría producir alguna novedad al respecto, pero de momento sólo se trata de un paso más en el plan de profesionalización de la empresa que ya estaba previsto cuando iniciamos la tutela de Kelme', señalaron fuentes del IVF. Aunque la familia Quiles no se ha pronunciado, fuentes consultadas por este periódico apuntan cierto malestar entre los fundadores por la decisión tomada y comunicada este viernes.
La llegada de nuevos socios a Kelme supondría una toma de control de la dirección de la compañía. El papel de los Quiles en ese nuevo escenario estaría por definir, aunque tanto por la decisión tomada por el IVF como por la opinión recabada por este periódico, todo apunta a que los fundadores tendrían poco o ningún espacio en el diseño que se ha realizado de futuro.
En todo caso, la entrada de inversores en la compañía, que arrastra fuertes pérdidas en los últimos años, es una noticia recurrente en los ambientes empresariales valencianos desde que el IVF se hizo cargo de la compañía -cediendo inicialmente la gestión a Unilco- sin que se haya formalizado nunca. Y es que la delicada situación financiera de Industrias del Calzado y Prendas Deportivas, que es el nombre real de Kelme, supone un importante lastre para quien se haga cargo de la compañía.
El declive de la garra
Kelme vivió su edad de oro en los años 80. La empresa creada en 1977 en Elche por los hermanos Diego y José Quiles consiguió hacerse un hueco en el mercado de las prendas deportivas antes de que la España recién aterrizada en la democracia empezase a consumir las grandes marcas del sector. Logró popularizar su logotipo de la garra en casi todos los deportes. El momento de mayor visibilidad llegó con las Olimpiadas de Barcelona en 1992, donde vistió a todo el equipo español. La compañía disfrutaba entonces de una expansión internacional. Decenas de filiales en Europa y otros continentes, proyectos para fabricar en Rusia... Todo se fue al traste cuando la empresa empezó a notar los efectos de la competencia de las grandes marcas. Pese a los intentos por recuperar su prestigio, Kelme no ha logrado remontar en ventas ni en resultados. Según las cuentas de 2005, las últimas depositadas en el registro mercantil, Kelme perdió 7,05 millones de euros, un 232% más que el ejercicio precedente.