Draghi transforma la banca italiana
La crisis del Banco de Italia en otoño de 2005, como consecuencia de las maniobras descubiertas por la Fiscalía, tendentes a impedir la entrada de la banca extranjera en el mercado italiano, ha resultado provechosa para el país transalpino. La salida de Antonio Fazio, el último gobernador vitalicio, ha resultado ser la mejor noticia para la banca italiana. Y también para la europea. Si con Fazio penetrar en el mercado italiano era una carrera inacabable de obstáculos para los bancos más dinámicos de Europa, fueran españoles, franceses u holandeses, la llegada de Mario Draghi ha revolucionado el sistema financiero italiano, al menos desde el punto de vista corporativo, lo que a la larga estimulará la competencia, un valor desconocido entre los bancos italianos.
Draghi, que ocupó cargos relevantes en Goldman Sachs, ha devuelto, al menos nominalmente, la credibilidad al Banco de Italia, abriendo el mercado y facilitando la concentración. El mercado italiano ha pasado, en poco más de un año, de ser el sistema financiero más atomizado y anticompetitivo de Europa, a disponer de la primera entidad de la zona euro. Unicredit-Capitalia es ya el primer banco de Italia, gestionará activos por valor similar al PIB español y ganará más de 7.000 millones este año.
Cierto es que los movimientos de la banca italiana no hacen otra cosa que replicar lo que la española, británica u holandesa hicieron hace ya una década larga, y que les queda un trecho para lograr los estándares de eficiencia de los líderes mundiales. Pero ha iniciado el camino y en pocos años estará en condiciones de pujar en las mayores operaciones de consolidación de Europa.
La transformación operada por Mario Draghi, quien ha defendido estas operaciones como única vía de salvación del sector, ha cerrado en parte el mercado para los grandes bancos españoles. Santander y BBVA, que tenían posiciones de privilegio hace unos años en Sanpaolo y BNL, han desestimado la apuesta y cada vez tienen más problemas para retomarla. En todo caso, Santander en Antonveneta, vía compra de ABN Amro, y BBVA en otros bancos de mediano tamaño, deben intentar consolidarse en uno de los mercados financieros que gozan de mayor recorrido de la UE.