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Tribuna
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Llegó el momento de pasar a la acción

Aunque los ejecutivos de las empresas europeas sigan confiando en las perspectivas de la UE, ésta necesita un impulso, según el autor. Opina que ha llegado el momento de un cambio de mentalidad en la UE para impulsar las liberalizaciones y la sociedad del conocimiento.

Hace pocas semanas celebramos el 50 aniversario de la Unión Europea. Es un momento idóneo para analizar los logros derivados de esta construcción que agrupa ya a 27 Estados miembros, después de medio siglo de existencia; y también tenemos la perspectiva suficiente para ver aquellos aspectos que no han supuesto tal avance para la vieja Europa. Bajo el lema: Juntos sería más fácil lograr ese objetivo (espíritu que reflejó el logotipo en conmemoración del aniversario de la Unión), llega la hora de pasar a la acción, especialmente en lo que respecta a la implantación de políticas clave. Nuestros líderes empresariales se impacientan.

Los grandes ejecutivos tienen confianza en las perspectivas económicas de la zona, como refleja un reciente estudio paneuropeo de Roland Berger Strategy Consultants que recoge la opinión de más de 400 CEO europeos; hemos asistido a la consolidación del mayor mercado del mundo y constituimos la primera potencia comercial. Sin embargo, ¿qué hay del desarrollo de políticas clave? No es cuestión de mostrar escepticismo sobre el apoyo político de la Unión Europea, pero sí de aliviar las expectativas puestas en el órgano europeo y los correspondientes Estados hacia una desregulación de los mercados y productos en la Unión. Pasar a la acción significa una mayor liberalización de los mercados, reducir la burocracia y una simplificación de la normativa.

La Unión Europea debe abordar las tareas sobre las que se ha debatido y llegado a un acuerdo desde hace tiempo. El objetivo estratégico marcado tras el Consejo de Lisboa de 2000 fue reforzar el empleo, la reforma económica y la cohesión social, como parte de una economía basada en el conocimiento. Una de las principales preocupaciones de los directivos es la sensación de lentitud en el cumplimiento del proyecto de liberalización de mercados y productos; el reto estratégico del programa acordado en ese contexto fue abordar de manera urgente la reforma económica y, tras varios años de debate, es necesario impulsarlo de manera más activa.

A los ojos de los grandes ejecutivos de la UE, se debe continuar en la lucha por una Europa más fuerte que garantice el éxito de las compañías

Comenzando por los Gobiernos nacionales, deben gestionarse de forma eficaz cada una de las políticas que afectan al todo. Tienen que ser los dirigentes de cada país los que piensen, reflexionen e impulsen con políticas que escapen de lo corporativo y de lo interno de cada Estado en un proyecto que ha merecido y merece la pena. A los ojos de los grandes ejecutivos de la Unión Europea, debe continuarse en la lucha por una Europa más fuerte que garantice el éxito de las compañías; y eso va más allá de la simple implantación de políticas que deberían haberse desarrollado y puesto en práctica hace tiempo. Convertir los puntos fuertes de la Unión en ventajas palpables es posible.

Europa necesita, por encima de todo, un cambio de mentalidad que le permita desarrollar el espíritu emprendedor para aprovechar su enorme potencial. Deben promocionarse y ser aprovechadas las oportunidades alrededor de las llamadas industrias verdes; se trata de una oportunidad excelente para ganar superioridad competitiva a escala mundial. Nuestro peso en el conjunto del planeta es cada vez más elevado, pero no lo suficiente como para eclipsar el papel predominante de Estados Unidos en el arbitraje de los diferentes problemas que tiene nuestro planeta.

Ha llegado la hora de pasar a la acción. Nuestros líderes empresariales confían en las perspectivas económicas de la Unión, pero se necesita una colaboración más estrecha; la maquinaria de la Unión debe ayudar a las empresas: desarrollo en infraestructuras de transporte, liberalización de mercados laborales, simplificación de la normativa que rige los intercambios comerciales o la homogeneización de impuestos. 50 años de Europa pueden dar más de sí.

Josep Ros. Socio-director general de Roland Berger Strategy Consultants

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