Iris, Lavanya, César y tantos otros
Cada año, 5.000 alumnos internacionales, futuros directivos, llegan a las escuelas de negocios españolas. El autor analiza los problemas legales que tienen los estudiantes no comunitarios para acceder a esta formación y para ser contratados por empresas españolas.
Iris Ward dejó Santo Domingo y se instaló en un piso de estudiantes de Sants. Pasó un año estudiando un MBA internacional en Barcelona y, al finalizar el curso, con su título en la mano, regresó a República Dominicana. A los dos meses, comenzó a trabajar como directora de marketing de Unilever en su país. Lavanya Rajamani, alumna india, optó por estudiar un Máster en Dirección Internacional. Inditex la contrató como responsable de compras. César Osorio estudió el MBA full time y, aunque le hubiese gustado permanecer en España, finalmente regresó a México, donde es director del área financiera de Volkswagen.
Estos tres antiguos alumnos pasaron un año estudiando en Barcelona. Los tres tardaron varios meses en tramitar su visado para poder permanecer en España como estudiantes. No fue el caso de Agnes Ciessiolka, polaca, que tardó solo un par de semanas. Son algunos ejemplos de los cinco mil alumnos internacionales que pasan por las aulas de nuestras escuelas de negocio al año, futuros directivos que deciden invertir una docena de meses y miles de euros en nuestra formación. Clases, exámenes, casos prácticos, experiencias y amigos, muchos amigos que se dispersan por el mundo en pocos meses.
En un breve periodo de tiempo ocupan altos cargos en instituciones de sus países o bien trabajan para multinacionales españolas que aprovechan su vivencia en nuestro país para contratarlos en sus lugares de origen. En cualquier caso, la mayoría son directivos que guardan un excelente recuerdo de nuestra cultura, actividad económica y empresarial, oferta de ocio y, por supuesto, de la formación recibida en cualquiera de los centros.
La contratación de extranjeros por empresas establecidas en España para puestos de alta cualificación tiene una importante repercusión en el aumento de la competitividad
Sin embargo, Iris y Lavanya estuvieron a punto de arrojar la toalla por las continuas dificultades que encontraron al solicitar el visado de estudiante: aval bancario, prueba de alojamiento concertado en España, certificado y seguro médico privado contratado en España, nivel de ingresos de los progenitores o billete de vuelo de vuelta. A los candidatos no comunitarios se les exige de todo.
En numerosas ocasiones, somos las propias instituciones académicas las que nos empeñamos en facilitar que un estudiante internacional llegue a nuestras aulas. Sin embargo, es la Administración la que debería promover el intercambio de manera natural, como ha sucedido en otros contextos como el europeo. De hecho, actualmente, la Comisión Europea analiza la posibilidad de implantar una tarjeta azul para que los inmigrantes cualificados de países terceros puedan llegar a la Unión Europea y desplazarse libremente por sus Estados miembros en una iniciativa similar a la existente en Estados Unidos.
Nuestro Gobierno dio un primer paso en febrero con la apertura de un procedimiento especial para abrir las puertas del país a aquellos extranjeros que llegan a España para realizar trabajos de investigación o desempeñar labores que requieran una alta cualificación. De esta manera, a los inmigrantes que se acojan a este trámite se les autorizará la entrada, se les entregará el permiso de residencia y no se encontrarán con las restricciones a las que se enfrenta el resto de la mano de obra inmigrante. Los inmigrantes deberán acreditar una actividad profesional en la que concurran razones de interés económico, social o laboral, o relativas a la realización de trabajos de investigación y desarrollo que requieran una cualificación alta.
El Ejecutivo considera que este procedimiento es un instrumento que compatibiliza el respeto a los requisitos establecidos para la entrada, residencia y trabajo de extranjeros en España con la internacionalización de nuestra economía, a través de la presencia de trabajadores extranjeros.
Para la Administración, la contratación de trabajadores extranjeros por empresas establecidas en España para la cobertura de puestos de alta cualificación se ha convertido en un factor productivo clave, y tiene una importante repercusión en el aumento de la competitividad de nuestro país, sobre todo, en el contexto de la internacionalización y globalización económica.
Pese a las buenas intenciones, este primer paso debe ir acompañado de facilidades que permitan a los alumnos internacionales de programas directivos matricularse en escuelas de negocio y favorecer su contratación posterior en puestos directivos en España, especialmente en multinacionales españolas que operan en otros países. Algunas administraciones como la Generalitat de Cataluña ya han dado algunos pasos en este sentido.
Las escuelas de negocio y centros directivos deben canalizar esta demanda, ya que son la puerta principal de esta inmigración cualificada que cada año viene a estudiar a nuestro país programas directivos y que, en la mayoría de casos, les gustaría encontrar trabajo y permanecer en España.
Sin embargo, los sistemas actuales de contratación de mano de obra inmigrante en los países de origen son insuficientes para competir con el resto de países receptores de flujos migratorios. En este sentido, la nueva ley nos otorga facilidades de contratación, aunque deja muchos interrogantes abiertos. Cuanto antes los podamos cerrar, mejor.
Alfonso Cebrián. Director general de EAE (Escuela de Administración de Empresas)