Templado tirando a caliente
Hace unas semanas hablábamos en estas páginas de cómo el mercado caracterizaba con el término Goldilocks la actual economía y los mercados financieros mundiales. Pues parece que las comparaciones con el famoso cuento no acaban ahí. Esta semana tres de los cuatro mayores bancos centrales se reunieron para decidir si era necesario alterar sus políticas monetarias.
Por un lado, para el Banco de Inglaterra (BdI) parece que su porridge esta todavía demasiado caliente, obsequiando al mercado con otra subida de tipos hasta el 5,5%. Además, con la inflación por encima del límite estipulado por el BdI, el mercado espera otra subida adicional tras el verano, que situaría los tipos en un nivel que es improbable que tenga graves consecuencias sobre el mercado inmobiliario londinense dada la boyante situación de la City.
Para el BCE la situación económica esta templada, como la comida del osezno pequeño, ya que a pesar de mantener los tipos estables en el 3,75%, los comentarios de su presidente hacen prácticamente segura otra subida de tipos al 4% en su próxima reunión del 7 de junio.
Finalmente, a la Reserva Federal se le ha quedado la comida lo suficientemente fría como para no tener que actuar sobre sus tipos de interés. La Fed continúa así desafiando a todos aquellos que hace tan sólo unos meses esperaban tanto subidas como bajadas de tipos ya en enero del 2007. Aún es más, todo parece indicar que esta situación de estabilidad de tipos se prolongará todavía durante meses.
Igual de fría esta la situación en Japón, donde las elecciones de julio hacen impensable cualquier movimiento de tipos hasta después del verano.
En resumen, la más que vibrante situación de las economías y mercados mundiales hace que la mayoría de los bancos centrales mundiales tenga un sesgo alcista en sus políticas monetarias, aunque como en todo hay diferentes escalas, provocando diferentes reacciones de los grandes bancos centrales del mundo.
Antonio Villarroya. Jefe global de estrategia de tipos en Merrill Lynch