Un alivio para los inversores
La renta variable española ha mostrado esta semana que aún tiene aire y que el sentimiento negativo que colocó al Ibex casi al borde del abismo a finales de abril empieza a cambiar. La Bolsa acabó el viernes con una subida del 1,1%, muy por encima de las europeas, y cerró su segunda semana consecutiva de ganancias, con un alza del 0,79%, frente a una caída del Euro Stoxx del 0,51%. Eso permite ya una revalorización anual del 4,17%, todavía inferior a la del Euro Stoxx (7,36%), pero que reduce a la mitad la ventaja de rentabilidad de las acciones europeas frente a las españolas, que llegaba a seis puntos al empezar mayo.
El recorrido de los últimos días parece dar la razón a quienes creían que el castigo sufrido por el conjunto de las compañías españolas como consecuencia del desplome de las inmobiliarias era injustificado y confiaban en una purga que moderara los excesos para devolver la tranquilidad al parqué, frente a los agoreros que veían en la debacle el riesgo de contagio a la economía real. Astroc, de hecho, convertido en un momento en el símbolo del ocaso de un ciclo bursátil, fue esta semana el valor con mayor revalorización del Mercado Continuo, con un alza del 23% que le permite recuperar buena parte de lo perdido. Además, el dinero ha vuelto a entrar con fuerza en las constructoras y en algunos bancos. Se disipan así los temores a una caída irremediable de las compañías más expuestas al ciclo inmobiliario y parece que vuelve la cordura a los inversores, que habían optado por una especie de castigo indiscriminado, sin valorar riesgos ni capacidad de crecimiento y generación de beneficios de las empresas.
Es pronto, no obstante, para cantar victoria porque los niveles de volatilidad siguen siendo altísimos y el ánimo de los inversores, tan variable como el tiempo. De hecho, y aunque en dos semanas ha disminuido de nuevo la percepción del riesgo, hay que tener en cuenta que buena parte de los avances actuales vienen de la mano de rumores corporativos, fundamentalmente del sector energético, con fuertes revalorizaciones de compañías como Gas Natural (en máximo histórico), Unión Fenosa o Iberdrola, que suben el 4,62% y el 3,89% en la semana, respectivamente. Revuelo corporativo también procedente de las operaciones que se materializan o se fraguan en Estados Unidos y Europa y que están permitiendo a los mercados mitigar el impacto inicial de las advertencias de los bancos centrales, tanto la Reserva Federal, como el BCE y el Banco de Inglaterra, otra vez en alerta ante el riesgo de inflación.
La incertidumbre sobre el comportamiento de las cotizaciones requiere, por tanto, buenas dosis de cautela y apuestas por lo seguro. Y en momentos así, nada tan seguro como la rentabilidad del dividendo. No en vano, BME acaba de lanzar un índice que reúne a las empresas españolas que destacan en el pago a sus accionistas. Para quienes el mercado español se les quede pequeño y busquen más oportunidades, los índices europeos ofrecen toda una retahíla de compañías tocadas por la estrella del dividendo. Telecomunicaciones, electricidad, petróleo o banca son sectores donde conviene buscar.