La deuda española a largo plazo pierde atractivo en el extranjero
El peso de los inversores no residentes en la cartera de deuda del Estado a largo plazo ha caído del 46% al 44,7% en un solo año. A finales de 2006 los ahorradores afincados fuera de España mantenían bonos y obligaciones por valor de 112.300 millones de euros, 4.200 millones menos que un año antes.
Algo se está movimiento en los mercados de deuda pública en España. Los inversores no residentes parecen disminuir el extraordinario interés de otros años en los títulos españoles a largo plazo, a juzgar por sus propios movimientos. Así se refleja en la memoria del mercado de deuda pública de 2006 que hizo público ayer el Banco de España.
Después de varios años de crecimientos ininterrumpidos el saldo de obligaciones y bonos en manos de ahorradores extranjeros se redujo en 4.200 millones de euros en 2006. El jefe de la División de Análisis de Operaciones de la Central de Anotaciones del Banco de España, Javier Maycas, restó importancia ayer a este asunto indicando, por un lado que el comportamiento de un año no es suficiente para marcar tendencia de ejercicios futuros (2007 y siguientes), y por otro lado, que los no residentes han elevado su participación en títulos españoles a corto plazo, como las letras del Tesoro.
De una manera u otra, lo que sí parece es que el entorno europeo está influyendo en el interés relativo de la deuda española o al menos, está produciendo un trasvase hacia deuda española más a corto plazo o hacia otros mercados que remuneran el ahorro más que el español. 'La mejora de la economía alemana está provocando que el Gobierno germano necesite menos emisiones de deuda; así, ha encarecido sus títulos, haciéndolos más atractivos para los inversores mundiales', reconoce Enrique Ezquerra, subdirector de Política Financiera del Tesoro. Prueba de ello es que el diferencial de tipos (prima de riesgo) entre el bono español y el alemán se ha elevado ligeramente (a favor del alemán) hasta el entorno de los cinco puntos básicos.
Con todo, los inversores no residentes continúan siendo el principal cliente de la deuda española. A pesar de la caída de 2006 en bonos y obligaciones, tienen en su poder el 44,7% de los títulos a medio y largo plazo emitidos por el Tesoro, prueba de que la deuda española sigue gozando de buena salud.
Bases económicas sólidas
Uno de los argumentos que lo fundamentan es la situación de las finanzas españolas (2006 volvió a registrar superávit público) que permitieron que el año pasado las emisiones netas de deuda anotada cayeran en 2.580 millones de euros. El saldo vivo también lo hizo, un 1%, hasta 293.375 millones. El segundo grupo inversor en deuda a largo plazo, después de los no residentes siguen siendo los inversores institucionales con el 27,4% del mercado.
Para este año, y según recalcó Ezquerra, la deuda española seguirá un camino similar con menores emisiones. Maycas espera que, a pesar de la ligera caída de 2006, los inversores no residentes se mantengan con fuerza en los títulos españoles. 'Los altibajos en la Bolsa o la desaceleración en el mercado de la vivienda no tienen por qué influir en la confianza inversora', añade.
Deficiencias 'leves' en las entidades gestoras de títulos
Los servicios de control del Banco de España detectaron deficiencias 'leves o de escasa importancia' en las entidades gestoras de deuda pública inspeccionadas el año pasado. Las incidencias encontradas por el organismo supervisor pasan desde la falta de entrega de contratos de depósitos de valores a los clientes, a la ausencia de órdenes para realizar operaciones o la falta de información suficiente sobre operaciones complejas.En 2006, el volumen de deuda del Estado gestionado en 'cuentas directas' por el propio Banco de España creció un 16% hasta 6.038 millones.