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Columna
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Crece el empleo indefinido y baja el temporal

Según los datos del primer trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA), el empleo y el paro han crecido respecto del trimestre precedente en 67.400 y 45.500 personas, respectivamente. Sin embargo, si se eliminan los factores estacionales, que en los primeros trimestres de cada año suelen incidir desfavorablemente sobre las dos magnitudes, el crecimiento de la población ocupada se eleva a 155.000 y el aumento del paro se convierte en un descenso de 15.500 personas.

El aumento trimestral del paro con datos originales provoca que su tasa se eleve del 8,3% en el cuarto trimestre de 2006 al 8,5% en el primer trimestre de este año, aunque con datos desestacionalizados la tasa de paro disminuye en una décima, hasta el 8,2%.

En términos interanuales, en relación con el mismo periodo del año anterior, la creación neta de empleos ha ascendido en el primer trimestre a casi 700.000 (669.100), lo que supone una tasa de variación del 3,4%, frente al 3,6% del cuarto trimestre del pasado año. La ligera desaceleración del empleo en el primer trimestre del presente ejercicio no impide el mantenimiento de un ritmo de crecimiento muy elevado si se compara con el avance del PIB real, que se sitúa en el entorno del 4%.

Como el incremento interanual del empleo es mayor que el de la población activa, tanto en cifras absolutas como relativas, el paro, que asciende a 1.856.100 personas en el primer trimestre, se reduce en relación con un año antes en casi 80.000 personas (79.700), equivalente al -4,1%, cuando en el trimestre previo la tasa de descenso había sido menor, el -1,7%.

Volviendo al empleo, y desde la perspectiva sectorial, siguen destacando en el primer trimestre los elevados avances interanuales que se producen en los servicios (3,5%) y, sobre todo, en la construcción (9,4%), en contraste con el débil incremento en la agricultura (0,5%) y el descenso en la industria (-0,3%). Si se compara la evolución del empleo del primer trimestre con la del periodo inmediatamente anterior, esta magnitud se acelera en la agricultura y la construcción y se desacelera en los servicios y la industria.

Si se atiende a la duración de la jornada, el aumento interanual del empleo a tiempo completo se ha situado en el 3,5% y el del empleo a tiempo parcial en el 3,4%. Aunque la tasa de variación del empleo es muy similar en el primer trimestre en los dos tipos de jornada, en comparación con las del trimestre previo la del empleo a tiempo completo se ha amortiguado y la del empleo a tiempo parcial se ha acentuado, lo que ha supuesto un avance del porcentaje del empleo a tiempo parcial en el trimestre de medio punto porcentual, hasta situarse en el 12,4%. Esta tasa es igual a la de un año antes, pero casi cuatro puntos superior a la de tres años antes cuando no se había producido todavía el cambio del cuestionario de la EPA del primer trimestre de 2005, que favoreció el afloramiento estadístico de empleos de jornada reducida.

Ahora bien, posiblemente el resultado más destacado de la EPA del primer trimestre haya sido la evolución muy diferente de los asalariados según el tipo del contrato. En efecto, mientras que la variación intertrimestral de los asalariados indefinidos ha supuesto un aumento de casi 350.000 personas, la de los asalariados temporales ha significado un descenso de prácticamente 300.000 personas.

Esta distinta evolución en el primer trimestre de los dos tipos de empleo asalariado, que confirma, incluso más intensamente, la seguida en los dos trimestres anteriores, provoca que el empleo indefinido aumente, en relación con un año antes, en casi 650.000 personas, el 6,1% en términos relativos, mientras que el empleo temporal descienda, también en relación con un año antes, en casi 20.000 personas, lo que equivale a una tasa de variación interanual del -0,4%.

Al coincidir en el primer trimestre un aumento muy intenso del empleo indefinido con un descenso igualmente intenso del empleo temporal, la tasa de temporalidad (porcentaje del empleo asalariado con contrato temporal) desciende en 1,8 puntos porcentuales, el mayor descenso de toda la serie histórica de la EPA, hasta situarse en el 32%, 1,3 puntos menos que 12 meses antes.

Este descenso, que se acumula al de ocho décimas que se había producido en el cuarto trimestre del pasado año, se explica por los cambios introducidos en la reforma laboral acordada el 9 de mayo entre el Gobierno y los interlocutores sociales, entre los que destacan la limitación del encadenamiento de los contratos temporales, la reducción de un cuarto de punto porcentual de la cotización por desempleo de los contratos indefinidos, el plan extraordinario, vigente a lo largo del segundo semestre del pasado año, de conversiones de contratos temporales en indefinidos y el cambio del sistema de incentivos económicos a la contratación indefinida inicial.

José Ignacio Pérez Infante. Profesor asociado de Mercado de Trabajo en España de la Universidad Carlos III

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