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CincoSentidos

A la caza de olores molestos en el volante y el acelerador

El equipo 'nasal' de Audi lleva a cabo un examen exhaustivo para evitar hedores en los plásticos, los cueros o las alfombrillas

Les encanta meter sus narices en los coches nuevos. Son los miembros del equipo nasal de Audi y su función es detectar cualquier olor molesto que puedan producir los materiales de que están compuestos los automóviles.

Se trata de eliminar los olores molestos, no de que el coche no huela a nada, en palabras de Heiko Lübmann-Geiger, director del equipo, que trabaja en la sede central de Audi, en Ingolstadt (Alemania). 'Si a un cliente le incomoda el olor del coche, no será capaz de disfrutar del resto de las cualidades del coche'.

Las narices humanas no se pueden sustituir por 'narices electrónicas', asegura el experto. Su equipo está formado por seis personas (ampliable con otras tres), que supervisan los olores de los materiales en todas las fases de producción. La escala de evaluación va del 1, que equivale a inodoro, al 6, que es insoportable.

'Sólo materiales como el metal, el cristal, la cerámica o la piedra son calificados como inodoros', explica el director. Los que superan el 3 pasan el examen.

Para formar parte del equipo hay que hacer algunos sacrificios que garanticen la sensibilidad a los olores. No se puede fumar, hay que estar en perfecto de salud respiratoria, y no se pueden usar perfumes o lociones antes de participar en un test.

Las pruebas se realizan cortando un trozo de cada componente, ya sea de las juntas de goma o de las costuras de los asientos. Las muestras se colocan en un 'bote de conservas' normal con sello inodoro. Son perfectos, según Lübmann-Geiger, porque 'no permiten que ningún aroma penetre' en ellos.

El bote se calienta en un horno a 80 grados, la temperatura que alcanza un vehículo después de estar expuesto prolongadamente al sol. Cuando pasan dos horas, los analizadores levantan ligeramente la tapa... y huelen. También se realizan pruebas de componentes completos, como los salpicaderos. En esos casos se analizan en una cámara calorífica especial de acero inoxidable de un metro cúbico de capacidad. El test se realiza a través de un tubo conectado a la cámara.

El último paso es evaluar el vehículo completo. Para ello se calienta su interior hasta los 80 grados de rigor, y la gente del equipo se mete en el coche, para 'comprobar que los olores apenas apreciables por separado no creen una atmósfera desagradable cuando se mezclan', explica el director.

El resultado es un olor 'entre agradable y neutro'. Audi no ofrece la posibilidad de perfumar el coche con una fragancia determinada, porque, como explica Lübmann-Geiger, 'no hay ninguna que le guste a todo el mundo'.

El 'fogging', la película grasienta que se forma en el parabrisas

Hay olores que se ven. Son las partículas que se desprenden en cantidades minúsculas de los componentes de los vehículos cuando se calientan y habitualmente se condensan en el parabrisas delantero. Según los especialistas de Audi, se conoce como fogging, una película grasienta que puede llegar a dificultar la visión, especialmente cuando entran a través de ella los rayos de sol de frente.Las sustancias proclives a evaporarse son los reblandecedores, los estabilizadores o aceites que se añaden a los plásticos y otros materiales no metálicos.Cuando la película se limpia, el paño suele quedarse negro, debido a la suciedad que se adhiere a la grasilla. En 20 años los fabricantes han reducido en gran medida este problema, utilizando materiales menos volátiles.

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