Elegancia en el golf
Emma Villacieros trabaja en un espacio sobrio, protocolario, pero cerca del césped
Tiene carácter y determinación. Emma Villacieros, presidenta de la Federación Española de Golf, nacida en San Sebastián hace 75 años, se muestra orgullosa de su trabajo al frente de la institución que dirige desde hace casi dos décadas. Esta semana anda de cabeza, ya que se celebra en Madrid la 81.ª edición del Open de Golf de España y ha de actuar como anfitriona. Se la nota feliz. Al margen de este detalle, asegura que para trabajar, ya que su cargo no está retribuido, lo que necesita es entusiasmo por lo que hace, dedicación y responsabilidad.
Confiesa que el golf ha sido, y lo sigue siendo, su vida. Recuerda que ha sido campeona del mundo, en el torneo celebrado en Caracas (Venezuela) en 1986 como capitana del equipo femenino español, y que en su haber tiene numerosos triunfos. 'Es un deporte que me ha dado mucho, y le debo también mucho'. Dedica toda su jornada laboral al cargo que ocupa porque tampoco sabe muy bien dónde se dibuja esa fina línea que separa la vida privada de la laboral.
Asegura que dedica mucho tiempo a recorrer los campos de España, a defender la práctica de este deporte en todo tipo de foros, ya que afirma que se trata de una de las disciplinas deportivas que más cuida el medioambiente. 'Ha sido un deporte injustamente atacado por culpa de esas enormes construcciones que se están haciendo, cuando lo normal es que ese tipo de edificios no tenga más de tres plantas'. Y agrega que en los campos de golf se plantan muchos árboles, el césped oxigena y se riega con agua reciclada. Es más, aporta el siguiente dato: el 0,001% del agua que se gasta en España va a los campos de golf.
Para Villacieros, su mayor logro ha sido poner en marcha la mayoría de los 300 campos públicos que existen en España y contribuir a popularizar este deporte. 'Se han creado muchos puestos de trabajo y hemos contribuido a la riqueza de la sociedad'.
Al despacho suele llegar sobre las once de la mañana y no se marcha hasta las cuatro de la tarde. A este horario hay que sumarle los viajes y compromisos profesionales, que le roban tiempo para jugar (ella tiene un handicap 9,5) y para estar con la familia y los amigos. 'Compaginar la vida laboral con la personal me es tan complicado como al resto de las mujeres que trabajan. A veces es duro y difícil, pero tiene muchas compensaciones, como son los logros que hemos conseguido hasta ahora', señala Villacieros. Entre ellos, conseguir que el golf sea el tercer deporte en España.
Durante diez años, previos a este cargo, fue la presidenta del Club de Golf de Sotogrande (Cádiz). De esta experiencia, según reconoce, aprendió a saber superar las dificultades, a mejorar defectos, pero sobre todo a tener humildad, 'una virtud que se debe practicar mucho'. También asegura que no es nada maniática. 'Imposible serlo cuando se trabaja con 17 comunidades autónomas con transferencias en el deporte. Lo que sí tengo que ser es muy exigente, porque es muy difícil negociar cosas cuando tienes tantos interlocutores', señala.
Muchas veces es tanto el desgaste, afirma, 'que a veces me voy a la cama con sensación de frustración y de que lo que me gustaría ser es ama de casa'. Entre sus objetivos está dejar el cargo el próximo año. Y no le da pena. 'Tengo otras alternativas en la vida, y siempre hay cosas que hacer'. Lo que sí sabe con certeza es que seguirá vinculada al golf, ya que desde el año pasado es presidenta de la Federación Internacional Femenina. 'Es un cargo que me hace mucha ilusión porque supone un reconocimiento a la labor desempeñada hasta ahora'.
Compaginará los viajes, los campeonatos, con dos de sus grandes aficiones, leer, 'mucho y de todo', y seguir la política española. 'No me pierdo un debate en televisión sobre este tema, me gusta conocer distintas opiniones y quiero que mi país siga adelante como hasta ahora, que siga creciendo en economía y continúe mejorando el nivel de vida'.
La medalla de honor a Don Juan
Su nuevo despacho es grande. Algo que le sorprende 'porque nunca he tenido uno así', pero que reconoce que debe ser de esta manera, ya que se trata de un espacio institucional en el que celebra reuniones.Emma Villacieros reconoce ser austera, y no quería incrementar gastos en decoración, tarea de la que se ocupó su amiga, la decoradora Begoña Zunzunegui, a un precio de coste. El único lujo que quería era una buena mesa, 'de representación del cargo', que le diera empaque al espacio. 'Yo pertenezco a la generación de después de la guerra, y estoy acostumbrada a trabajar y que me llegue la paga a fin de mes'.Lo que más valora de su lugar de trabajo es el verde del césped que rodea al edificio, pero también es lo que más echa de menos cuando tiene que estar encerrada entre cuatro paredes. 'Soy una privilegiada por poder trabajar dentro de un campo de golf, rodeada de árboles, con lagos de agua de lluvia; es un lugar donde me siento a gusto y en paz conmigo misma'.En el despacho trabaja rodeada de fotografías que testimonian momentos importantes en su carrera. Una de ellas, interesante por su significado, es la que tiene poniéndole la medalla de oro a don Juan de Borbón. Otras pertenecen a gestas obtenidas por los jugadores españoles en distintos torneos.'Cuando echo un vistazo a todo lo que me rodea, llego a la conclusión de que lo verdaderamente importante son los amigos y las personas'. Lo demás importa menos.