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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más competencia en las Bolsas

Los mercados financieros están envueltos en una ola de euforia alcista coherente con el escenario de crecimiento global existente. El viernes, los índices español y americanos tocaron nuevos máximos y el resto de las grandes Bolsas europeas están al borde de lograrlo. Tras cuatro ejercicios encadenando récords, el quinto registra en los cuatro primeros meses avances no previstos cuando arrancaba el curso, como consecuencia de un virtuoso cóctel de abundante liquidez, estabilidad macroeconómica que garantiza financiación barata y voracidad empresarial dispuesta a crecer a cualquier precio.

Esta semana los mercados han tenido momentos de dudas que han recordado el revés de la última semana de febrero. Pero el amago se ha convertido en un nuevo máximo casi global aprovechando que los resultados empresariales, el auténtico fundamento de la Bolsa, mantienen un ritmo de avance muy poderoso, tanto en Estados Unidos como en Europa. Tecnología y banca son los sectores que han comenzado a ofrecer generalizados y mejorados números negros y han apuntalado avances muy fuertes en el cierre semanal.

Pero la banca lo ha hecho también en un contexto de consolidación a nivel europeo, y quizás mundial, que ha disparado los precios de las acciones. En Europa varios bancos, entre ellos BBVA, Société Générale, Deutsche Bank o BNP registraron el viernes alzas muy fuertes, mientras sonaban los tambores de consolidación procedentes incluso de EE UU. Todo ello en vísperas de que la alianza Santander, Fortis y RBS plantee qué precio está dispuesto a pagar por el holandés ABN Amro. Además, los resultados conocidos (en España, Popular y Bankinter anunciaron excelentes registros) no recogen señal alguna de debilidad para el futuro.

Inmejorable pista acerca del comportamiento esperado en la Bolsa, tanto para los bancos como para las empresas industriales y de servicios, es el hecho de que los directivos, quienes mejor conocen el planteamiento estratégico de las compañías que dirigen, han aprovechado el recorte de febrero y marzo para cebar su cartera particular. Es el caso, en España, de Popular, BBVA, Santander, Sabadell, Telefónica, Iberdrola o NH.

Además, la legislación de opas que está en plena tramitación, se ha convertido también en un carburante adicional para el mercado. El reglamento aprobado, que entrará en vigor en agosto, flexibiliza los mecanismos del mercado para quien quiera lanzar una opa sobre un competidor. Pueden comprarse acciones tras lanzar una opa; pueden buscarse aliados para mantener una puja en competencia con terceros; puede mejorarse el precio tras un periodo de sobres ajustado; nunca podrá pararse administrativamente una operación; se acortan los plazos de ejecución; etc. Se introducen, en definitiva, mecanismos más propios del mercado anglosajón que de uno acostumbrado al intervencionismo y a las cautelas paralizantes que han aparecido, por ejemplo, en el proceso de Endesa.

Los cambios dan un auténtico carácter de mercado mayorista a la Bolsa, estimulando la competencia en los movimientos de consolidación, que, a la larga, benefician a quien más está dispuesto a pagar y a los pequeños accionistas, que muchas veces eran rehenes de procesos convertidos en laberintos.

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