Vestidos para triunfar en los negocios
La imagen es un arma poderosa para moverse en el mundo de los negocios. Expertos en moda masculina dan las claves para conseguir un aspecto impecable.
El buen fondo de armario no sufre el vaivén de la moda, cuenta con prendas para el trabajo y el ocio y permite sabias combinaciones que harán de algunas piezas todo un multiusos. Para unos, el objetivo de dotarse de un buen guardarropa puede estar en aproximarse al último James Bond, Daniel Craig, elegido el hombre mejor vestido del Reino Unido por la revista GQ. Pero la mayoría puede conformarse con intentar estar lo más lejos posible de la imagen que ofreció Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, cuando a comienzos de año mostró al mundo sus calcetines agujereados en una visita a Turquía.
El punto de partida de un fondo de armario que facilite al hombre triunfar en la pasarela de los despachos está en saber que vestirse para los negocios 'es ir bien vestido, pero sin ir disfrazado. Ir simple y discreto', señala Jeremy Hackett, fundador de la firma que lleva su nombre. Para ello -y en esto hay unanimidad entre los expertos- hay que contar con, al menos, un traje gris marengo y otro azul oscuro. 'A partir de ahí, se puede pasar a un traje de raya diplomática que no sea muy marcada si sólo se va a contar con tres trajes' aclara Ramón Piqué, director de Ermenegildo Zegna en España. Como muestra de que los gustos también importan, desde la casa Brioni aconsejan que esos dos trajes básicos del guardarropa sean de rayas y uno de ellos con chaleco, eso sí, siempre en azul y en gris.
Gregorio Fernández, uno de los propietarios de la tienda multimarca Just One, aconseja optar por la sastrería a medida, porque así el traje tendrá más años de vida. Precisamente por esto de la duración, lo ideal será contar con un traje para cada día de la semana e ir rotándolos para garantizar su perfecto estado durante años.
En camisas, al menos habría que tener tres diferentes para cada traje. Blancas y azules son absolutamente esenciales, así como de rayas. Ahora bien, cuidado con estas últimas, pues exigen cierta habilidad para saber combinarlas con la corbata. Sobre las camisas oscuras, cada vez más populares, Hackett es muy claro: 'Hay que evitarlas mientras se vaya vestido para los negocios y no para las discotecas'. Por supuesto, las camisas deben ser de algodón y de puño sencillo o doble si se quiere ir más formal. Cuando se lleven con corbata, jamás deberán ser de estilo button down (con botones en el pico del cuello).
A la hora de dar un toque personal al traje entra en juego la corbata. 'Donde los hombres dejamos volar más nuestra imaginación es con las corbatas, por eso hay que tener bastantes. Con una sabia combinación de camisas y corbatas, un sólo traje parecerá varios', señala Piqué. Eso sí, como recuerda Hackett, evitando la de aficionado al fútbol. Dados los primeros pasos hacia el fondo de armario perfecto, el tiempo, la dedicación y también el bolsillo deben centrarse en dar con el calzado adecuado. Y según los expertos, éste será siempre el mejor. Gregorio Fernández elige dos clásicos ingleses de John Lobb, el Philip II con cordones y el William con hebilla lateral.
En el guardarropa tampoco deben faltar prendas informales, y la estrella es la blazer azul marino, que se puede combinar con pantalón gris. Según criterios, también admitiría un pantalón beige y unos jeans. Pero aquí, lo que para unos es un error, para otros es un acierto. Jerséis de cachemira y mocasines hacen el resto.
Uno de los retos que el ejecutivo debe afrontar es el clásico 'que me llevo' cuando viaja. Dando por hecho que no hay que facturar, Piqué se confiesa un maestro en hacer maletas. En su último viaje de cinco días a Buenos Aires por motivos de trabajo se llevó, repartidos entre su troley y un portatrajes, tres chaquetas, dos pantalones de traje y unos jeans, cinco camisas, un jersey y dos pares de zapatos, 'y aún me queda espacio para algún capricho', señala. Si tras una jornada de trabajo se debe acudir a una cena, lo mejor será cambiarse de traje -el gris para el día y el azul para la noche-, pero si no se puede, al menos la camisa debe ser recién puesta.