Doha y los planes para crear un cártel gasista
Desde finales del año pasado se fueron acelerando las expectativas de creación de un cártel gasista. En febrero de este año este presagio volvió a salir a la luz cuando la dirección política iraní propuso la creación de una organización de esas características a Rusia. El momento que se vislumbró como clave fue la reunión del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG) de los pasados 9 y 10 de abril en Doha (Qatar). Sin embargo, desde el primer momento la mayoría de los países se han negado a asumir explícitamente tal discusión. El primer resultado formal de tal reunión internacional se ha limitado a la creación de un grupo de trabajo que analice la formación de los precios del gas en el mercado internacional y que presente un informe el año que viene en la próxima reunión de este Foro en Moscú.
Los resultados de esta reunión internacional han puesto de manifiesto que las propias características del mercado gasista actuales prácticamente imposibilitan la creación de un cártel gasista. Dentro del mercado gasista la competencia es muy reducida y existe una interdependencia entre suministradores y consumidores, que se sustenta en la gran regionalización de este mercado. De hecho, mientras EE UU se abastece esencialmente de Canadá, Europa compra en Rusia y el norte de África y en el Extremo Oriente se adquiere gas en el Sudeste Asiático y la península arábiga. Además como las infraestructuras de transporte son muy caras, tanto si se realiza por gasoducto, como si se licúa el gas, entonces se ha fomentado la aparición de contratos a largo plazo. Así pues, las interdependencias ofertante-demandante se acentúan. En estas condiciones, la creación de un cártel gasista no posee las bases suficientes para funcionar realmente a corto o medio plazo.
No obstante, debe destacarse que, a partir de las declaraciones realizadas así como de algunos de los hechos que están teniendo lugar, se pueden deducir algunas tendencias sobre cómo se desenvolverán los acontecimientos futuros en el mercado del gas. Por un lado, en la reunión se ha apuntado que deberá transformarse la estructura organizativa del FPEG, de manera que se adapte al cambio en el mercado gasista. Por otro lado, algunos países están adoptando medidas que pueden tener un impacto significativo en el futuro en este mercado. Sobre este último aspecto debe destacarse el comportamiento de Qatar. En marzo se presentó públicamente la idea de la constitución de una bolsa de intercambio de energía, Imex (International Mercantile Exchange), que se prevé que entrará en funcionamiento a finales de este año. El objetivo del Imex es actuar como centro de compraventa de hidrocarburos, pero especialmente en gas y, más particularmente pretende prestar una atención especial a los contratos a corto plazo y de pequeña envergadura, al menos inicialmente. Por tanto, se trata de una institución que proyecta impulsar el mercado spot de gas, que puede ser en el largo plazo el generador de un precio autónomo para el gas licuado (no fijado en relación con el petróleo), con posibilidades de servir de referencia para el gas transportado por gasoductos. En el año 2009 se prevé que Imex estará funcionando, aunque de manera marginal, para el mercado gasista internacional de tal Bolsa, al menos con gas aportado por Qatar. En 2010, se pretende haber constituido una red de sedes de Imex en las distintas zonas productoras que den flexibilidad al entramado institucional y mayor liquidez a este nuevo mercado. Así pues, tal institución puede devenir en un instrumento que limite la regionalización del mercado gasista.
En conclusión, el éxito del Imex puede orientar a medio plazo la introducción de nuevas formas organizativas que coordinen mejor a los países miembros del FPEG, aunque sin llegar a constituir un cártel gasista. La profundización en la organización radicará en la extensión de la producción de gas líquido orientado a los mercados spot, junto con la progresiva extinción de los contratos a largo plazo firmados. Sólo en ese momento podrá aparecer una opción real para la constitución de un cártel gasista.
Antonio Sánchez Andrés. Profesor del Departamento de Economía Aplicada Universidad de Valencia