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Columna
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Perspectivas mundiales

José Carlos Díez

Llega la primavera y los organismos internacionales y servicios de estudios hacemos un alto en la voraz dinámica del día a día e intentamos ordenar el puzle de la economía mundial. La integración global aumenta a una velocidad de vértigo, tanto en el comercio de bienes como en los flujos de capital y de trabajadores, por lo que para analizar las partes es necesario entender primero el todo.

Ayer el FMI confirmó que la economía mundial volvió a crecer en 2006 próxima al 5%, por tercer año consecutivo, algo que no sucedía desde la década de los sesenta. No obstante, lo más sorprendente es que el crecimiento se consigue con estabilidad de precios, aunque es evidente que hay inflación de activos y de materias primas. La economía finalizó 2006 alcanzando su mayor ritmo de crecimiento de todo el periodo, por lo que es muy probable que en 2007 volvamos a crecer próximos al 5%, aunque a lo largo del año se produzca una ligera desaceleración cíclica. Por lo tanto, el escenario de desaceleración sería evidente en los datos anuales de 2008, donde la economía crecería cercana al 4,5%.

Siendo justos, el análisis regional debe empezar por Asia. La integración entre los países del área se ha incrementado significativamente desde 2005 y cada vez son menos dependientes del resto del mundo. China es el principal polo de desarrollo y esperamos que siga creciendo próxima al 10% este año y el próximo. Las autoridades intentan moderar el crecimiento pero la inercia inversora es tan intensa que no tienen mucho éxito en su objetivo. India crece próxima al 9% pero sus desequilibrios son más evidentes. La inflación se ha situado por encima del 6% y su déficit exterior aumenta, indicando ambos que la demanda crece por encima de su potencial. El Banco de India ha situado sus tipos próximos al 8% y se verá obligado a subirlos aún más, forzando una moderación de la actividad.

El resto del área se verá beneficiada del fuerte crecimiento chino, pero el nuevo repunte de los precios del crudo reducirá su dinamismo. Japón consolidará su crecimiento pero se mantendrán las presiones deflacionistas.

En América, la locomotora estadounidense da señales de fatiga. Las empresas ya han moderado el gasto y los consumidores lo irán haciendo gradualmente. Este año, la economía crecerá próxima al 2,5%, aunque la incertidumbre sobre el crecimiento en 2008 es muy elevada. EE UU fue el país que sacó a la economía mundial de la recesión en 2003 y todo apunta que será el primero en anticipar el final de este ciclo expansivo global. De momento, la desaceleración no ha sido suficiente para reducir las presiones inflacionistas y la Reserva Federal (Fed) tiene escaso margen para bajar los tipos de interés.

México se verá afectada negativamente por el menor crecimiento de sus vecinos, pero mucho menos que en décadas anteriores. Sin embargo, Brasil ha salido reforzada de la recesión de 2003. La inflación se ha situado próxima al objetivo del 4% y el Banco de Brasil seguirá reduciendo los tipos, lo cual tendrá un efecto expansivo sobre la actividad. Esto, junto a los elevados precios de las materias primas, mantendrá un fuerte crecimiento del conjunto del área.

Europa ha abandonado en 2006 su travesía por el desierto de la inactividad y sólo esperamos sorpresas positivas en 2007 y 2008. Depurados los excesos de la unificación alemana y el impacto negativo de los nuevos competidores industriales, las empresas ya han recuperado la confianza y los consumidores lo harán gradualmente.

Tanto los salarios como la inflación están controlados, pero al BCE le quedan al menos dos subidas de tipos para llegar a niveles neutrales. Alemania vuelve a ser la locomotora, junto al consumo francés. Para Rusia y la Europa del Este esperamos que mantengan el dinamismo este año y el próximo, exceptuando Hungría. No obstante, el aumento de las presiones inflacionistas y de sus déficits exteriores, salvo en Rusia, anticipan un frenazo brusco tras el ciclo expansivo.

El Pura Sangre español mantiene un dinamismo envidiable en el primer trimestre de 2007 y este año volverá a crecer próximo al 4%. No obstante, las señales de moderación en la demanda de vivienda residencial son evidentes y es altamente probable que asistamos a un ajuste de las iniciaciones de viviendas en la segunda mitad del año.

Eso iniciará una fase de desaceleración cíclica que llevará el crecimiento en 2008 a niveles próximos al 3%. Es prácticamente un sueño afrontar un ajuste de los excesos inmobiliarios con la economía europea creciendo próxima al 3% y los tipos del BCE por debajo del 4,5%, eso amortiguará el ajuste. Sin duda, formar parte de la Unión Monetaria ha sido una de las decisiones más sabias de nuestra historia.

Las perspectivas macroeconómicas siguen siendo favorables, aunque no exentas de riesgos. El principal es que la economía americana entre en recesión, cuya probabilidad aumenta significativamente en 2008. Las provocaciones iraníes a Occidente y a sus vecinos suníes hacen muy probable que antes de 2008 asistamos a un ataque aéreo para destruir sus desarrollos nucleares. Si se produce, el precio del petróleo puede poner fin al ciclo expansivo mundial.

Los desequilibrios globales perturban la paz que reina en el mercado de divisas. Sólo hablamos del déficit corriente en EE UU, pero son igual de perturbadores los superávits de China, Alemania, Japón y los países árabes. Con políticas monetarias neutrales, el excesivo apalancamiento en los mercados financieros mantiene la inflación de activos.

Una crisis financiera tendría fuertes implicaciones reales. Me refiero a una crisis, lo de marzo ha sido un juego de niños. Por lo tanto, es conveniente ir adaptándose cuanto antes al nuevo entorno que sigue siendo favorable pero ya no es rosa.

José C. Díez. Economista Jefe de Intermoney

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