La primera gran apuesta económica de Prodi
La coalición de centro- izquierda que gobierna Italia desde el año pasado ha puesto manos a la obra en su programa de reformas económicas. La semana pasada, el Senado de la República aprobó un paquete liberalizador destinado a poner fin a privilegios atávicos que lastran la que hace pocos años era una de las economías más dinámicas de Europa. De paso, el Gobierno de Romano Prodi logró un voto de confianza después de la crisis política del mes de febrero.
Con una mayoría de 161 votos contra 153 en el Senado, el gobierno Prodi sacó adelante una ley destinada a inyectar competitividad en la economía. Se trata de su primer paquete de medidas para salir del letargo de un país cuyo producto interior bruto no ha superado el 2% desde que comenzó el siglo.
Comercio más libre
La reforma liberalizadora abarca un amplio abanico de sectores, y sobre todo afecta a la distribución comercial. Algunas medidas pasan por facilitar y abaratar gestiones por parte de los consumidores. Así, se exigirá a las compañías aéreas que indiquen en sus anuncios los precios finales de los pasajes, incluidos tasas y extras por combustible; se eliminará la tarifa que abonaban los usuarios por cada recarga de su teléfono móvil; y se permitirá la venta de medicinas que no requieran receta en establecimientos ajenos a las farmacias (como, por ejemplo, los centros comerciales, especialmente propensos a aplicar descuentos).
También se incluyen medidas para liberalizar la provisión de licencias de taxi y para reducir las tarifas de los abogados. Las gasolineras deberán indicar sus precios de forma clara y visible, e igualmente deberán destacarse las fechas de caducidad en alimentos y otros productos. Una de las medidas con mayor impacto para los bolsillos de los consumidores es la desaparición de las comisiones por cerrar una cuenta bancaria o por reembolsar de forma anticipada una hipoteca que pese sobre la primera vivienda.
La recién aprobada ley de liberalizaciones no será la última gran medida económica del gobierno de Prodi. El ministro de Finanzas, Tommaso Padoa-Schioppa, admitió este fin de semana que el país necesita 'profundas reformas estructurales', dejando claro que el Gobierno está dispuesto a luchar contra los intereses creados, según publicaba el lunes el diario Finantial Times.
Sanidad y educación
La economía es uno de los puntos de fricción en un Ejecutivo multicolor que abarca desde el centro hasta la extrema izquierda. Prodi logró el año pasado sacar adelante una ley de presupuestos que está en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea, y contempla la reducción del déficit público por debajo del 3% (límite del Pacto de Estabilidad) este mismo año. Pero, si el Gobierno mantiene sus equilibrios parlamentarios, habrá más.
'Hay ineficiencias tanto en el sector público como en el privado que tienen que ser afrontadas si queremos pasar de la recuperación cíclica al crecimiento estructural', advirtió Padoa-Schioppa, quien citó como primeras áreas de reforma la sanidad, la educación, la defensa y la seguridad interior. Las intenciones son ambiciosas aunque, tratándose de Italia, más vale esperar y ver.
Confianza renovada tras la crisis de febrero
El ajustadísimo resultado electoral del año pasado ya amenazaba inestabilidad, y más en un país como Italia, donde la duración media de los Gobiernos desde la Segunda Guerra Mundial ronda el año. La excepción a esa regla, Silvio Berlusconi, perdió frente al Olivo de Romano Prodi por unos miles de votos, abriendo una etapa en la que la mayoría del Senado depende de los senadores vitalicios, no adscritos a ningún grupo. El Ejecutivo llegó a sacar adelante los presupuestos, pero a finales de febrero perdió una votación sobre las tropas en Afganistán que había planteado como crucial. Como resultado, Prodi presentó su dimisión, pero el presidente de la República le pidió que presentara una moción de confianza ante las Cámaras, que éste superó. La votación de la semana pasada supuso un segundo respaldo expreso a su gestión.