Primera víctima de la batalla eléctrica
La renuncia del presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores convierte a Manuel Conthe en la primera víctima personal de la batalla por el control de Endesa. Aunque en los próximos meses asistiremos a nuevos ajustes de cuentas en la comunidad financiera, en función del resultado final de una operación de concentración empresarial en la que han tomado partido los políticos del Gobierno y de la oposición, de este país y de otros, los jueces, los reguladores y, al fin, los accionistas.
Conthe, vehemente defensor de la aplicación racional de la norma, aunque haya improvisado e interpretado reiteradas veces en la batalla eléctrica, y enemigo declarado de atender la más mínima presión de parte, ha sostenido las prácticas de la CNMV con más dignidad que ningún otro organismo regulador.
Mientras que la Comisión Nacional de la Energía ha sucumbido a los criterios que desde Industria y Moncloa se daban por válidos y ha renunciado a una línea propia de actuación, la CNMV ha recibido críticas por todos los flancos a sus decisiones, siempre tendentes a defender los intereses de los accionistas minoritarios. Mientras que el Tribunal de la Competencia rechazó la propuesta de adquisición de Gas Natural, sólo apoyada por su presidente, y quedó en evidencia por la decisión política posterior del Ejecutivo, la CNMV ha gobernado hasta el final las dos opas y el anuncio de una tercera sin caer en más tentaciones que el sentido común, para cubrir los vacíos de la ley de opas. Pero la aparición de diferencias insalvables de criterio en el consejo del regulador han concluido con la renuncia de su primer responsable.
El presidente del regulador del mercado, que ha tratado de introducir criterios de racionalidad en defensa de la parte más débil de la comunidad financiera, los accionistas minoritarios, ha aplicado los resortes de transparencia y equilibrio exigidos a los demás para justificar su salida de la CNMV. Conthe ha 'sacado conclusiones' del proceso de discusión sin unidad interna en el que se han desarrollado, en el seno de la Comisión, las últimas decisiones para gobernar la lucha por Endesa. Con poco respaldo en un organismo cuyos miembros no elige él, ha optado por la renuncia, tras prometer las explicaciones pertinentes en las Cortes.
La opas sobre Endesa han abierto una batalla política en la que no se han disimulado diferencias de criterio en el Gobierno, carente de un planteamiento estratégico de su política energética que le ha llevado a decisiones controvertidas. Pero la pelea por hacerse con Endesa desatada por Gas Natural en 2005 ha puesto a prueba la profesionalidad, cuando no la independencia, de todos los órganos reguladores, que en muchos casos salen seriamente tocados del proceso.
Ahora es tarea inaplazable del Gobierno devolver la credibilidad a unas instituciones en espíritu independientes y profesionales, pero que en la práctica han erosionado su prestigio. La Ley de Defensa de la Competencia es un instrumento que puede servir para restaurar el equilibrio del Tribunal. La profesionalidad debe ser también el único norte de la CNE en un momento de cambio radical del mapa energético. Y en la CNMV el relevo de Conthe no debe mutar en absoluto la filosofía que él había inoculado a la institución.